La exposicion 'El arte sagrado del Tíbet' llega a Barcelona avalada por el Dalai Lama

La sede de la Fundación La Caixa en Barcelona ha recibido un baño de espiritualidad con la exposición El arte sagrado del Tíbet, que reúne 189 valiosísimas esculturas y thangkas -pinturas sobre tela- del remoto país asiático y constituye una de las mayores colecciones de su clase jamás reunida. Las salas de exhibición han sido pintadas con colores simbólicos para acoger las piezas -de los siglos IX al XIX-. Lluís Monreal, director de la fundación, presentó la exposición, que viene recomendada por el mismísimo Dalai Lama, con un pañuelo ritual al cuello.

Ushnishasitatapattra. Hay que convenir que el nombre de la divinidad de mil brazos se las trae. El visitante de la exposición El arte sagrado del Tíbet se ve confrontado con un buen montón de términos de este calibre y con un arte y una cultura que, al menos para el público más profano, resultan profundamente ajenos, misteriosos y plenos de exotismo. Hay que adentrarse, pues, con suma paciencia espíritu abierto y ganas de aprender en este maravilloso mundo himalayo que se ha instalado hasta el 12 de enero en el palacio Macaya. No es mala idea encomendarse a ese Vajrapani, "protector y destructor de los obstáculos", muy pertinentemente colocado al inicio de la exposición, y adquirir el impresionante catálogo (472 páginas) para repasar luego en casa las denominaciones de los bodhisattvas cósmicos, por poner un ejemplo.

Advocación del Dalai Lama

La exposición, creada en 1991 por la Casa del Tíbet de Nueva York -uno de cuyos fundadores es Richard Gere- e inaugurada en el Asían Art Museum de San Francisco, llega ahora a Barcelona reorganizada y ampliada con la colaboración de La Caixa, y bajo la advocación directa del Dalai Lama. Y es que es una de las más importantes jamás realizadas sobre el arte del Tíbet, según los especialistas, pero también, y esto lo subrayan sus organizadores, un intento de acercar la amenazada cultura tibetana a otros pueblos para que se tome conciencia de la necesidad de preservarla.Robert F. Thurman, catedrático de estudios budistas indotibetanos de la Universidad de Columbia y padre de la conocida actriz Uma Thurman, es uno de los dos comisarios (junto con Marylin M. Rhie).

Thurman, que presentó la muestra y que añade a su conocimiento del mundo tibetano la muy budista virtud de la compasión, ofreció una visita comentada al acongojante universo que se exhibe. Dijo que no hay que temer el aspecto decididamente horrible de algunos seres representados (tan contundentes como sus nombres), pues pese a su aparente ferocidad son como arcángeles o serafines protectores.

Espacialmente, la exposición está impregnada de la espiritualidad de su contenido, y ha sido organizada en forma de mandala. Se estructura en tres grandes áreas temáticas (Historia sagrada tibetana, Las órdenes budistas tibetanas y Los mundos tibetanos perfeccionados), cada una de las cuales se identifica por un color. En cada ámbito, las piezas están cólocadas por orden cronológico.

Thurman señaló la influencia nepalí, en una estatuilla de Mahakala, la delicadeza de un pintura realizada con pigmento de piedras semipreciosas pulverizadas, el interés de una "mujer Buda" -la pieza más impresionante de las colecciones tibetanas del Musée Guimet-, una rutilante estupa (monumento funerario) de bronce dorado y el "divertido tipo", estatuilla que con la mano detiene el Sol para poder seguir atiborrándose de cerveza.