El IVAM recrea el viaje de Juan Uslé por el arte y la memoria

La pintura es un viaje. Al menos para Juan Uslé ( Santander, 1954), que ayer inauguró en el Centro del Carmen, del Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM), una retrospectiva del trabajo que ha realizado desde que en 1987 se instaló en Nueva York y, llevado de ese extrañamiento, emprendió un recorrido plástico por la memoria personal y la del arte y sus lenguajes.

Lo explicó Kevin Power, comisario de la muestra, al señalar que Uslé, al llegar a Nueva York, se vio obligado a pintar cada vez más desde la memoria que se empezaba a borrar. La experiencia, fluida y nebulosa, dio lugar a una serie en la que el agua y el mar, con la evocación del fabuloso capitán Nemo imaginado por Julio Verne, inundaron los cuadros. "Pintar implica navegar el mundo", comentó Power. Una vez ya asentado en la ciudad, Uslé comenzó a producir su obra más conocida, en la que "el viaje empieza a ser cerebral y no sólo guiado por la memoria o la imaginación". Esta segunda fase, que ha sido caracterizada como un ejercicio deconstructivo del lenguaje artístico moderno y cuyos productos han sido hábilmente confrontados en el montaje de la exposición con los de la primera etapa, constituye, según explicó ayer el propio creador, "un viaje hacia la historia de la pintura".