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Cuba se halla al borde de una nueva crisis energética

El petróleo vuelve a ser este otoño la gran bestia negra de la revolución cubana. El Gobierno de Fidel Castro, asfixiado por la falta de liquidez y el aumento del precio del combustible en el mercado internacional, se halla al borde de una nueva crisis energética que amenaza con anular los efectos positivos de la recuperación de la economía, que este año deberá crecer un 5%, según la previsión oficial. Para mitigar un futuro de oscuridad y restricciones, el Gobierno ya ha anunciado recortes y ha comenzado a hacer "llamamientos patrióticos" a la población para "defender cada litro de gasóleo y gasolina".

La situación es grave. Este año Cuba se gastará en comprar combustible 1.000 millones de dólares (unos 125.000, millones de pesetas), cerca de un 40% del total de las divisas que dispone el país para importar. Otro 20% lo empleará en adquirir alimentos básicos. Para mayores desgracias, sólo por el aumento del precio del petróleo, en 1996, Cuba tendrá que desembolsar 100 millones de dólares más de lo previsto.Y eso para adquirir el combustible imprescindible para que su economía funcione a un nivel mínimo y que no decaiga la producción de sus principales productos de exportación, fundamentalmente el azúcar y el níquel, vitales para la recuperación económica.

Ante estas circunstancias, los mensajes que han comenzado a lanzar en los últimos días las autoridades son de preocupación. En el primer semestre del año la economía creció un 9,6%, pero en ese mismo periodo el consumo de combustible se elevó el 13,21%. A ello se suma el robo a mansalva de gasolina, que se comercializa por la libre en el mercado negro a seis o siete pesos el litro (33 centavos de dólar, cuando en los diplogaraJes cuesta 90 centavos).

Robo y corrupción

El problema del robo y la corrupción es tan grave, que el vicepresidente del Gobierno, Carlos Lage, se refirió a ello en una reciente reunión con los presidentes de todos los gobiernos municipales de la isla. "Tenemos que impedir esos robos, garantizar una distribución eficiente y exigir producciones contra combustible asignado", dijo Lage.El Gobierno ya ha advertido que, debido a la falta de recursos para comprar más combustible, se dará prioridad a los sectores clave de la economía, como el de la producción de azúcar, que consume anualmente el 10% del petróleo que se importa en la isla. También, que, inevitablemente, se tomarán medidas para recortar el consumo que afectarán a la población, como la reducción de la cuota de gasolina para los vehículos estatales y particulares -cuya cuota ya es exigua: 20 litros bimensuales-, y la de queroseno -en el 75% de los hogares cubanos se cocina con este combustible- El incremento de los apagones se da por descontado.

Antes de la caída del campo socialista, Cuba adquiría 13 millones -de toneladas de petróleo anualmente, en gran medida gracias a los subsidios y precios preferenciales. En 1992, tras la desintegración de la URSS, los suministros de combustible cayeron a 6,5 millones de toneladas.

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En 1993, la crisis de la energía provocó el cierre de fábricas, reducciones del horario de la programación de televisión, cierre de salas de cine y de teatro, restricciones de más del 50% en la asignación de combustible a los vehículos privados y estatales. Además, los apagones llegaron a ser de más de ocho horas diaria lo que se tradujo en La Habana en desórdenes nocturnos. En la actualidad, Cuba consume cerca de ocho millones de toneladas petróleo al año, de las cual produce 1,4 de un petróleo de baja calidad, que únicamente puede utilizarse en la producción de electricidad. La nueva crisis energética llega en mal momento para las autoridades cubana Justo cuando la situación económica había comenzado tímidamente a remontar.

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