Muñoz Puelles novela las obsesiones eróticas del pintor Molinier
'La curvatura del empeine' ocupa el número 100 de La Sonrisa Vertical
El pintor francés Pierre Molinier se vestía a veces de mujer y mezclaba la pintura con su semen. Molinier era, además, amigo y corresponsal epistolar de Luis García Berlanga, cineasta y director de la colección de narrativa erótica La Sonrisa Vertical (Tusquets). Entre los amigos de Berlanga figura también el escritor valenciano Vicente Muñoz Puelles. De este triángulo ha nacido La curvatura del empeine, título que ocupa el número 100 de la citada colección y en el que Muñoz Puelles ha dado rienda suelta a su imaginación incendiaria para recrear la vida del pintor surrealista admirado por Breton.
Muñoz Puelles, de 48 años, ganador del premio La Sonrisa Vertical en 1981 con Anacaona, dice que siente, aprecia y busca "la carga erótica que desprenden el lenguaje- y las palabras". Un repaso al índice de La curvatura del empeine confirma sus palabras: La mujer que se fue a caballo, El corsé de color champagne, El veneno de las adelfas o El trazo del caracol, son algunos títulos de los capítulos del libro en los que anidan las andanzas erótico-vitales del pintor y realizador de fotomontajes cuya obra de latente pulsión transgresora y sexual fue venerada por André Breton y su grupo surrealista. Mufloz Puelles narra de forma lineal la vida imaginaria de Molinier, desde. su educación sentimental -el sueño, el corsé, la doncella, la hermana, la madre...-, a principios de siglo, hasta el fin de sus días, a mediados de los años setenta.Muñoz Puelles se sintió atraído de inmediato por la personalidad cambiante de Molinier, cuya vida ha reinventado con pinceladas de realidad: %Por qué no iba a fabular? Al fin y al cabo era una persona que siempre estaba fabulando". Molinier, añade el escritor, era "un hombre que buscaba a las mujeres a través de sí mismo para lo cual se transformaba en mujer, se rodeaba de sus fetiches -los detalles femeninos- y se abandonaba al disfrute onanista". "En realidad es el tema recurrente en mis libros, la crisis de identidad, los personajes ambiguos, el héroe y el traidor", agrega.
Muñoz Puelles empezó a cultivar el género erótico a finales de los años setenta, de forma casi paralela al nacimiento de La sonrisa vertical, colección impulsada por la editora Beatriz de Moura y el propio García Berlanga. "Parecía fácil expresar el ansia de libertad de aquella época a través de la literatura erótica", comenta Muñoz Puelles, al tiempo que se refiere al verano de 1995, cuando escribió La curvatura del empeine. "Fue un momento en el que experimenté esa misma ansia, necesitaba una compensación afectiva". "Fue un verano incendiario", recuerda, "de verdadera inspiración, aunque sé que resulta feo decir esto. Llevaba bastantes meses trabajando en un catálogo sobre la Guerra Mundial y además es: taba la guerra de Bosnia... Necesitaba un respiro, una compensación afectiva y lo escribí casi de un ímpulso".
Esa compensación afectiva premeditadamente buscada se traduce en un tono luminoso y optimista en la primera parte del libro, la que narra las promiscuas e incestuosas relaciones de Molinier y el descubrimiento de sus obsesiones fetichistas. "Berlanga no ha estado muy de acuerdo con esta parte. Él es mucho más fetichista que yo. Pensaba en Molinier y creía que debía ser más obsesiva, pero a mí me interesaba poder avanzar, primero liberarme con algo optimista y más tarde mostrar ese mundo, el, de las sodomizaciones de Molinier y sus más sórdidas y solitarias aficiones hacia el final del libro como la culminación de una vida", afirma.
El general Vlasov
Muñoz Puelles, que defiende una literatura erótica culta y consistente como la que se practica en Francia -"qué excelentes librerías eróticas hay"-, cuenta la historia de Molinier con un estilo sintético cada vez más"-, tanto que él bromea sobre la posibilidad de no poder llenar sus próximas novelas. En la última de ellas, todavía sin publicar, un escritor de provincias recrea la vida de otro personaje histórico, el ambiguo, héroe y villano, general ruso VIasov, que durante la II Guerra Mundial intentó convencer a los nazis de que ayudaran a formar un ejército de liberación ruso contra Stalin y más tarde liberó Praga de los alemanes.
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