La operación de corazón Yelsin puede aplazarse dos meses, según su cirujano
A pesar de los peligros que puede entrañar la operación de corazón de Borís Yeltsin, el presidente ruso pasará por el quirófano. Sin embargo, la fecha puede postergarse hasta dos meses a juzgar por el estado en que se encuentra el paciente, según dijo anoche el cirujano encargado de realizarla, Renat Akchurin, en una entrevista a la cadena de televisión privada NTV. Los médicos quieren lograr antes el funcionamiento óptimo de los diferentes órganos del enfermo, lo que disminuirá los riesgos del bypass (puente cardiaco) que se le debe hacer.
/ REUTER, "La decisión está tomada. Ahora todos esperamos el consejo médico -en el que participarán especialistas norteamericanos- que fijará la fecha de la operación", declaró ayer Tatiana Diachenko, la hija de Yeltsin, que trabajó activamente en la pasada campaña electoral, unto a Anatoli Chubáis, el actual jefe de la Administración presidencial y a otros miembros del equipo del titular del Kremlin.Según Tatiana, "se siente normal, dentro de lo que cabe antes de una operación que no será sencilla". "Por supuesto, está preocupado, aunque lo oculta", dijo. "Por eso, toda la familia, las hijas y los nietos, tratan de distraerlo, de apoyarlo, de divertirlo".
Akchurin manifestó anoche en la televisión que Yeltsin no aceptaría la idea de cancelar la intervención destinada a mejorar la irrigación sanguínea de su corazón porque supondría limitar seriamente sus actividades físicas. Preguntado por el presentador del programa sobre cuándo se realizaría la operación, el cirujano respondió: "Dentro de un mes y medio a dos meses". En principio, el líder ruso, de 65 años, tenla previsto pasar por el quirófano a finales de este mes.
Consultado sobre si los médicos podrían decidir no practicarle definitivamente el by pass, Akchurin contestó: "Es posible, pero para ello deben crearse condiciones especiales para el presidente. Nos veríamos forzados a limitar sus actividades físicas. Eso no lo va a tolerar".
El cirujano declaró también que a pesar de todo Yeltsin se encontraba optimista: "El presidente me ha dicho tranquilizándome: 'No te preocupes, yo no me pienso quedar en tu mesa de operaciones".Las declaraciones de Akchurin siguen a las que realizó el pasado viernes, el director del centro médico de la presidencia, Serguéi Mironov, quien también admitió que la prueba será " complicada".
En el Hospital Clínico Central, donde se halla internado desde hace más de diez días, Yeltsin pasa la mayor parte del tiempo con su esposa Naína, convaleciente de una operación de riñón realizada a finales de agosto. "Comen y pasan los ratos libres juntos", dijo Tatiana al telediario semanal Zérkalo.
El sábado, Akchurin reveló que la intervención podía ser demasiado peligrosa para la vida del presidente -en especial debido al ataque al corazón que sufrió a finales de junio- y que es muy posible que ésta sea postergada y no se realice a finales de mes, como en un principio estaba programado.
Tatania Diachenko opinó que "algunos políticos y periodistas traspasan cierto límite" moral al comentar la enfermedad de Yeltsin. "Cuando, enojada, se lo comento, mi papá se limita a sonreír con picardía".
El consejo médico al que se refirió la hija de Yeltsin se reunirá pasado mañana o el jueves en Moscú. Se espera que en él participe, entre otros especialistas, el veterano cardiólogo norteamericano Michael DeBakey. Víktor Chernomirdin, el primer ministro, asumirá provisionalmente las funciones de jefe de Estado durante la operación a Yeltsin.
Akchurin dijo anoche que será entonces cuando se decidirá la fecha de la intervención, que será realizada por un equipo de 12 cirujanos, y si será segura para la salud del presidente. Akuchurin realizó hace ocho años un by pass al actual primer ministro, Viktor Chernomirdin.
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