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La luz protagoniza la exposición que José María Sicilia presenta hoy en Madrid

El pintor considera que la crisis siempre ha estado vinculada al arte

José María Sicilia es, con 42 años, uno de los pintores que mayor expectación despierta cada vez que muestra sus trabajos. Después de casi tres años sin exponer, esta noche inaugura en la galería Soledad Lorenzo de Madrid una exposición con su última obra sobre la luz: seis óleos sobre cera de gran formato, un políptico dorado, un grupo de terracotas policromadas y varios dibujos. "Todas las piezas son producto de un mismo tema, el mismo en el que trabajo desde hace años y con el que he titulado la muestra: La luz que se apaga", explica Sicilia, para quien la crisis siempre ha estado vinculada al arte.

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Sicilia fue de los primeros artistas jóvenes españoles que en los 80 conocieron el éxito de las exposiciones y las ventas y es también uno de los pocos que sobrevive a los caprichosos cambios del mercado que durante los últimos años han dejado a muchos en la cuneta. Sicilia vive al margen del negocio de su oficio. Pasa cuatro meses al año en su posesió mallorquina y el resto del tiempo vive en París con su mujer y sus dos hijos.Con su parquedad habitual y un punto de fastidio por tener que hablar de sí mismo, y de su obra, Sicilia explica que la exposición que esta noche inaugura y que mañana se abre al público tiene un hilo conductor con sus anteriores muestras, el mismo que une todas las obras que ahora exhibe. "Es la luz, la luz que se apaga, esa luz que buscaba pero que no llegué a encontrar en las últimas exposiciones".

Madera, óleo y cera

Los cuadros que expone están hechos con madera, óleo y cera. Son flores de fuertes colores que, aunque a veces lo parezca, no son identificables con ninguna flor convencional. "Es así a propósito. Pueden parecer orquídeas, amapolas, rosas. Que cada cual vea lo que quiera, pero han cogido las formas que ellas han querido cuando el óleo se ha unido a la cera. Son flores que se han hecho solas, tal cual ellas han querido".Y como fondo permanente en todas las pinturas está el Corán. Bajo las flores o en un rincón del cuadro, bajo la cera se transparentan dos o tres páginas del libro. "Son el resto de un sueño mezclado con un viaje que hice hace tiempo en el que yo veía un jardín y un campo de labranza". Las flores y los polípticos dorados contienen huellas de algunos. de los habitantes de esos campos de labranza. Son huellas de insectos y de reptiles que Sicilia ha dibujado como parte vital de ese mundo onírico y real.

Parte de sus recuerdos infantiles están en la luz que reflejan estos cuadros, especialmente en los dorados. "Son los rayos de luz que, cuando era pequeño y vivía en Madrid, veía entrar por la ventana. Me quedaba fascinado mirando cómo se iluminaban los muebles. Creo que esa misma luz está en los polípticos"

Ni las flores que crecen solas ni la luz que ilumina las ceras es producto de la experimentación. "Yo no experimento. Juego.Trabajo con los materiales que me gustan y con los que veo que puedo hacer las cosas que quiero, pero en esto es ya difícil hacer grandes descubrimientos".

¿No le ha tentado usar el ordenador como forma de expresión artística?. "No me interesa nada. Es un campo que me es totalmente ajeno. Entiendo que otros lo hagan, pero no es para mí. Piense que ni siquiera sé conducir, mucho menos usar uno de esos aparatos. El ordenador no entra ni siquiera en mi vida cotidiana. ¿Cómo voy a usarlo para nintar?".

La crisis del mercado del arte, el cierre de galerías o el recorte en los presupuestos para exposiciones le preocupan de manera muy lejana. "La palabra crisis siempre ha estado vinculada al arte y, como pintor, mis problemas son otros. Cuando dicen que el final de la especulación aclara la situación, no sé a qué se refieren porque a mí no me confundía, ni tampoco ahora me ilumina. Pertenezco a ese mundo de alguna manera, pero no dejo que me influya".

Sobre los recortes en los presupuestos de Cultura, cree que es algo inevitablemente unido a los gobiernos conservadores. "Aquí no conozco bien la situación, pero en París, donde había una vida cultural bastante intensa, ha bajado mucho la actividad. Y aunque insisto en que trato de hacer una vida al margen de todo eso, sí creo que es malo que se cierren galerías y que no se den facilidades para exponer".

Él, por el momento, no conoce esos problemas. Sigue trabajando la luz y completando los fragmentos de la muestra antológica de su obra que inaugurará el próximo año en el palacio de Velázquez.

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