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Levy promete a Arafat que Israel cumplirá los pactos del anterior Gobierno con los palestinos

Más allá de las sonrisas y los calurosos apretones de manos, la entrevista mantenida ayer en el paso fronterizo de Erez por el ministro de Exteriores israelí, David Levy, y el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Yasir Arafat, tuvo sustancia política concreta. Los dos dirigentes pasaron revista a la agenda de problemas, sin recriminaciones sobre supuestas violaciones de los acuerdos de Oslo, en un diálogo "a corazón abierto" (en palabras de Arafat) durante el cual Levy reafirmó la determinación del Gobierno de Benjamín Netanyahu de cumplir con los compromisos del anterior Gobierno, laborista, incluyendo el repliegue militar en Hebrón y la liberación progresiva de prisioneros palestinos.

Levy recordó a Arafat que el Gobierno que dirige Netanyahu apenas si tiene un mes de vida y, sin embargo, ha hecho más por los palestinos que el de su predecesor laborista, Simón Peres. Por ejemplo: la reducción del cierre de los territorios Aún hoy, miles de obreros palestinos suplementarios han sido autorizados a trabajar en Israel, con lo que el total supera los 50.000. Los médicos palestinos pueden circular más libremente entre Gaza y Cisjordania y entre ésta y Jerusalén. El comercio palestino-israelí y palestino-palestino (entre Gaza y Cisjordania) se ha reanudado. Y los prisioneros políticos palestinos, incluso los relacionados con muertes, serán liberados próximamente, según los compromisos de Oslo.El jefe de la diplomacia israelí ha insistido, en particular, sobre la actividad de la Autoridad, Nacional Palestina (ANP) en Jerusalén, y ha subrayado, en nombre de Netanyahu, que esa actividad es "inadmisible y formalmente prohibida en Oslo", habida cuenta que no se llegó a un acuerdo sobre los términos y parámetros de un tratado de paz global y permanente entre los dos pueblos. El segundo punto subrayado por Levy fue que la ANP puede confiar en la aplicación acelerada de los acuerdos siempre que no haya atentados antlisraelíes como los que causaron 59 muertos en febrero y marzo pasados.

"Hemos decidido aplicar rápida y recíprocamente" lo pactado, dijo ayer Levy tras la reunión. "Y quiero subrayar la apertura de espíritu, la franqueza y el sentido de responsabilidad de mi interlocutor". Éste, por su parte, dijo varias veces que la entrevista se había desarrollado "a corazón abierto", y precisó: "Ahora podemos seguir progresando en el camino de la paz, en beneficio de los dos pueblos".

Mensaje para Siria

Más aún, Arafat pronunció una frase particularmente apreciada por Levy: "Respetamos la decisión y la elección del pueblo israelí en los últimos comicios y queremos cooperar estrechamente con el Gobierno de Netanyahu, al cual quiero transmitir mis mejores saludos".El buen entendimiento que fructificó en la reunión se ilustra con el mensaje que Levy entregó a Arafat para que lo haga llegar hasta Damasco, y en el que Israel pide a Siria la reanudación de las negociaciones de paz, según informó un alto funcionario palestino. El anuncio de la mediación coincidió ayer con la visita a Damasco del enviado norteamericano Dennis Ross para favorecer el restablecimiento de las conversaciones sirio-israelíes.

Pero el principal logro de la reunión de Arafat y Levy en Gaza fue, en palabras de éste último, haber "institucionalizado las relaciones" y "fijado el marco de las negociaciones futuras".

Analistas israelíes advierten, sin embargo, de que Netanyahu debe proporcionar aún pruebas concretas de que continúa con el proceso de paz. A pesar de ello, en política las palabras son también actos. En la campaña electoral del Likud, la coalición derechista del actual primer ministro, y en la de éste en concreto, Arafat fue tratado de "terrorista", y su apretón de manos con Peres fue utilizado, una y otra vez, para vilipendiar al líder laborista. El camino recorrido desde entonces ha sido impresionante.

Por otra parte, los halcones del Gobierno no ocultan su descontento. Los ministros Ariel Sharon, Rafael Eytan y Beni Beguin han criticado abiertamente la, decisión de enviar a Levy a reunirse con Arafat. No hace mucho que, por ejemplo, Sharon, trataba a Arafat de "criminal de guerra", tal y como recordaba ayer la radio israelí. El diputado Rehavam Zeevi, jefe del partido ultranacionalista Modelet, que pidió votar a Netanyahu y prometió apoyar a su Gobierno en la Kneset (Parlamento), se ha declarado decepcionado, acusa al primer ministro de continuar por el camino de Peres y amenaza con pasar a la oposición.

Por otra parte, ayer se celebró en Beirut un funeral multitudinario por los guerrilleros muertos en combate contra Israel, cuyos 123 cadáveres fueron devueltos en un intercambio por los restos de dos soldados israelíes muertos en 1986. La plana mayor de Hezbolá encabezó el funeral, ya que la mayoría de los cadáveres pertenecían a miembros del Partido de Dios. El acuerdo, conseguido con la mediación de Alemania, permitió también el intercambio de prisioneros: 45 guerrilleros del pro iraní Hezbolá a cambio de 17 miembros del pro israelí Ejército del Sur de Líbano.

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