Castro dice que Clinton "toma el pelo al mundo" con la ley Helms-Burton
El presidente cubano, Fidel Castro, aseguró ayer que la decisión de Clinton de prorrogar por seis meses el título tercero de la ley Helms-Burton "es una tomadura de pelo al mundo". Según Fidel Castro, con ese aplazamiento, EE UU "pretende tener una espada de Damocles sobre las relaciones comerciales internacionales y sobre la soberanía de los países" pues lo único que hace es posponer la entrada en vigor del polémico capítulo, que abre las puertas a la presentación de demandas judiciales en EE UU contra aquellas empresas extranjeras que "trafiquen" con propiedades expropiadas a ciudadanos norteamericanos después de 1959. "¿Y que va a pasar dentro de seis meses?" se preguntó el mandatario cubano.
Castro sostuvo un encuentro con varios medios de prensa españoles durante la recepción de despedida que ofreció al coordinador general de Izquierda Unida, Julio Anguita, en el Palacio de la Revolución, donde declaró que el mundo había reaccionado con vigor contra la ley Helms-Burton porque violaba la soberanía internacional. "Aceptar esa prerrogativa del Gobierno de EE UU de establecer leyes extraterritoriales y sanciones fuera de la jurisdicción de EE UU era renunciar al principio de la soberanía". Castro señaló que eso hubiese sido sentar un "precedente funesto", que mañana podría haber sido ser aplicado en cualquier país del mundo.Afirmó que Clinton había sido víctima de su "propio error", pues aprobó la ley Helms-Burton a pesar de que estaba en contra de ella y de que había sido elaborada por los republicanos y la derecha estadounidense, es decir, sus adversarios políticos. Sin embargo, dijo el mandatario cubano, el presidente de EE UU se dejó llevar por la campaña electoral de su país y por las presiones de los grupos ultracoservadores de Miami, y firmó la ley de forma "irreflexiva" tras el derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate.
Castro achacó a Estados Unidos toda la responsabilidad de aquel incidente, pués afirmó que EE UU se había comprometido a impedir que se produjesen nuevas violaciones del espacio aereo cubano. "Cometimos el error de creer en las promesas de EE UU". Agregó, que ante la protesta mundial contra la ley Helms-Burton, Clinton se vio en "una disyuntiva de la que no tenía necesidad": o firmaba la prorroga del título tercero, y se echaba al mundo encima, o se exponía a las críticas feroces de sus enemigos políticos.
Por otro lado, al referise al caso del ex teniente coronel del Ministerio del Interior que secuestro recientemente un avión de pasajeros y lo desvió a la base de Guantánamo, Castro aseguró que si EE UU le otorga asilo político estará violando no sólo los acuerdos migratorios entre ambos países, sino también numerosas leyes internacionales. "Eso supondría alentar que otros individuos secuestren aviones o barcos para emigrar ilegalmente a EE UU", aseguró.
Castro afirmó que Cuba "está interesada en que se respete escrupulosamente el acuerdo migratorio", que puso fin a la crisis de las balsas del verano de 1994, y aseguró que no quisiera "que surgieran causas que obligaran al país a, suspenderlo". "No está contemplada de inmediato ninguna medida de este tipo", enfatizó, tras revelar que el asunto de ex teniente coronel José Fernández Pupo lo estaban analizando en estos momentos ambos países por "vías diplomáticas".
El líder de la revolución cubana aseguró que su país no está interesado en que se produzca un nuevo conflicto migratorio con EE UU. Y dijo: "No hemos hecho ninguna advertencia en el sentido de que se tomarían medidas de este tipo, ni queremos hacerlas. Por el contrario, expresamos nuestro deseo de que se mantengan los acuerdos, de que no ocurra nada, que no sigan ocurriendo cosas que vayan a dar lugar a la suspensión de los acuerdos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.