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Cuatro nuevos realizadores defienden las ayudas

Rocío García

Cuatro nuevos realizadores advirtieron ayer, en Santander, que si lo que quiere el Gobierno es acabar con el cine español lo tiene fácil: se suprimen las ayudas y punto. "Sin ayudas el cine español desaparecerá y con él parte de nuestra identidad cultural", afirmaron. Las declaraciones realizadas el pasado lunes por el secretario de Estado de Cultura, Miguel Ángel Cortés, en contra de las subvenciones y a favor de la supresión de las licencias de doblaje y las cuotas de pantalla, han logrado zarandear el letargo de éxito en el que ha vivido el cine español los dos últimos años.Los nuevos realizadores Alejandro Amenábar, Agustín Díaz Yanes, Icíar Bollaín y Azucena Rodríguez coincidieron ayer en señalar que sin ayudas no habrían salido a la luz nombres tan sorprendentes e internacionales como Pedro Almodóvar, Fernando Trueba, Victoria Abril o Antonio Banderas. "Ha debido de vivir en otro país", dijo Azucena Rodríguez, directora de Entre rojas, refiriéndose al secretario de Estado y sus declaraciones sobre que los 13 años de Gobierno socialista habían sido "los peores de la historia del cine español".

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Cantidad y calidad

"No es lo mismo la cantidad que la calidad", le recordó la actriz Icíar Bollaín, que dirigió el año pasado su primer largometraje, Hola, ¿estás sola? Agustín Díaz Yanes, el realizador de Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto, el filme revelación del año pasado, le recomendó "pensar antes de hablar". El cine español ha pasado de ser un cine desconsiderado en todo el mundo a ser uno de los más importantes a nivel europeo. La calidad de nuestro cine ha sido abrumadora, con una proyección internacional a nivel de directores, actores y técnicos que no había tenido nunca", añadió Díaz Yanes, quien mostró su preocupación por el fondo político de las manifestaciones del responsable de Cultura. "Es todo mucho más importante que unas ayudas. Implica un atentado contra nuestra identidad cultural. Prefiero, sin ninguna duda, a Rafael Azcona que a Van Damme", señaló Díaz Yanes.Alejandro Aménabar, el más joven de los cuatro, que con su primer filme, Tesis, ha conseguido poner a la crítica y al público a sus pies, se lamentaba de que la "comedia casposa española" pudiera ser comparada con el cine de calidad sólo por su éxito comercial.

"No entiendo el porqué quieren tirar ahora por la borda", dijo Icíar Bollaín, "el trabajo de 10 años de toda una profesión, que ha conseguido recuperar espectadores, abrir salas ' nuevas y crear unas expectativas hasta ahora impensables, después de muchos años de desunión". "Es tirar a la basura toda una industria que nos está costando mucho levantar", se lamentaba Azucena Rodríguez.

Sobre las licencias de doblaje, de cuya supresión es partidario Cortés, Amenábar no se ex plica las ventajas culturales y económicas que esta medida va a traer -"sólo se conseguirá que nos arrodillemos todavía más ante los americanos"-. "El mercado del cine en España no es libre", concluyó Díaz Yanes, "sino un oligopolio brutal y opresivo por parte de los americanos, que controlan la distribución y la exhibición. No se puede olvidar que la industria americana ha conseguido destruir ya la cinematografía inglesa y alemana y a punto estuvieron de hacerlo con la española".

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