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Inversionistas españoles en Cuba expresan su inquietud a EE UU

El embajador de Estados Unidos en Madrid, Richard Gardner, recibió ayer por la mañana a un grupo, representativo de empresarios españoles que operan en Cuba que le manifestaron su preocupación por la ley norteamericana Helms-Burton, que prevé sanciones para las compañías extranjeras que "trafiquen" en la isla con antiguas propiedades norteamericanas, según indicaron fuentes del sector.Gardner se entrevistó con Gabriel Escarré, presidente del Grupo Sol-Meliá, que gestiona siete hoteles en Cuba; Miguel Fluxá, de Viajes Iberia; Luis Riu, del grupo que lleva su apellido, y Juan José Hidalgo, de Viajes Halcón, a los que acompañó el abogado Miguel Capellá. Todos ellos han decidido seguir operando en la isla a diferencia, por ejemplo, de la sociedad española Occidental Hoteles, que renunció el mes pasado a entrar en ese mercado. Todos ellos tienen también intereses en EE UU expuestos a posibles sanciones.

El embajador dio a sus huéspedes, según David Monk, portavoz de la embajada, explicaciones "acordes con las declaraciones" de los departamentos de Justicia y de Estado norteamericanos, que han hecho una interpretación relativamente moderada de la ley Helms-Burton. Les pidió además, según otra fuente, que no dramatizaran la situación y que no hicieran declaraciones a la prensa para no envenenar las cosas.

Unión Europea

Las autoridades cubanas han reconocido, por otra parte, implícitamente que las conversaciones exploratorias con vistas a concluir un acuerdo de cooperación con la Unión Europea (UE) habían fracasado, algo que ya anunció en abril el vicepresidente de la Comisión Europea, Manuel Marín. Éste achacó la ruptura de hecho del diálogo a la negativa de La Habana a hacer concesiones políticas excarcelando a los presos de conciencia e introduciendo mayores dosis de economía de mercado.El viceministro de Asuntos Exteriores cubano, Jorge Bollanos, señaló, sin embargo, el jueves en Barbados otra vía de acercamiento de su país a la UE. Manifestó el deseo de incorporarse a la llamada Convención de Lomé que otorga a 70 países de África, Caribe y Pacífico un acceso preferente al mercado comunitario y les garantiza además un precio mínimo de compra de sus materias primas. Una delegación cubana formulará esta petición el mes próximo en Bruselas.

Un portavoz de la Comisión Europea aseguró ayer no haber recibido ni siquiera un anuncio de la visita de la delegación ni, por supuesto, ninguna petición de adhesión a la Convención de Lomé. En círculos comunitarios se indica además que el ingreso de Cuba es prácticamente imposible porque plantea dificultades "políticas y legales". Numerosos países del Tercer Mundo con regímenes autoritarios forman, sin embargo, parte de la mencionada convención.

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