_
_
_
_

El enemigo americano

Malestar por el propósito de EE UU de sancionar a Colombia tras la absolución de Samper de recibir dinero de los 'narcos'

Juan Jesús Aznárez

ENVIADO ESPECIALFrecuente en América Latina la invocación al prócer, el diputado colombiano Carlos Alonso Lucio cita también a Simón Bolívar para instar a la rebeldía contra las eventuales sanciones comerciales de EE UU a su país con cargos de pobre desempeño en la erradicación del narcotráfico. "No somos mancos. Si vemos grandes a los españoles es porque los miramos de rodillas", animó el Libertador en campaña por la indepedencia nacional. La sanción de EE UU contra la aerolínea Avianca anticipa tensiones bilaterales. Colombia no permanecerá de brazos cruzados, advirtió a este periódico el presidente Ernesto Samper.

Sumergido en el aguardiente antioqueño de una barra de Bogotá, aunque lúcido, el guardaespaldas de empresarios Jota Emilio cree que "los gringos van a apretar. Pero lo que quieren es encarcelar a todos los capos allí para quedarse con su dinero". El estado de las relaciones entre Colombia y EE UU es, sin embargo, más complejo de la adivinada por Jota Emilio en su análisis de noctámbulo. La absolución de Samper por el Congreso de cualquier reponsabilidad en la entrada de fondos del narcotráfico en su campaña electoral disgustó a Washington, que amenazó.

Blandiendo el palo a veces, ofreciendo la zanahoria otras, el Gobierno norteamericano ha disparado por elevación. En una medida sin fecha de ejecución, su Embajada aquí comunicó a las autoridades locales la próxima prohibición de los vuelos de la compañía Avianca entre Bogotá y Nueva York. La sanción, aseguró el Departamento de Estado, no guarda relación con el malestar del Gobierno de Bill Clinton por los resultados en la lucha contra el narcotráfico y sí con la posición local de no permitir a American Airlines recuperar esa ruta, abandonada voluntariamente en 1993, cuando la empresa registró pérdidas de más de 500 millones de pesetas. Pero el hecho de haber decidido esta medida en una fase crítica de los vínculos bilaterales hace temer su carácter de aviso, de avanzadilla de otros castigos.

En una entrevista en la Casa de Nariño, Samper subrayó que cuenta con aliados en el mundo para superar el difícil trance, de producirse. No cree que el panorama se agrave mucho más. En el frente interno, el Ejército anunció ayer la detención de cuatro guerrilleros que pretendían atentar contra el presidente.

Según Samper, la imposición de sanciones a Colombia beneficiaría sólo a los narcotraficantes al cederles espacios: los sembrados de banano de Urabá, el café, las flores plantadas en el Cuca pueden ser reemplazadas por el cultivo de la coca. "Espero que baje la tensión después de las elecciones de EE UU. Seguramente podría haber algunas razones electorales. De todas formas esperamos pasar agachados para no ser motivo de discusión en esas elecciones".

Las posibles sanciones son ya motivo de discusión entre exportadores, banqueros o autoridades de aviación. Y Samper no cuenta con todas las simpatías. El presidente de la Asociación Nacional de Industriales, Luis. Carlos Villegas, descarta la capacidad del jefe de Estado, zarandeado todavía por la sombra de la duda sobre su comportamiento en el narcoescándalo, para generar confianza "para continuar al frente del Gobierno".

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Pero no todo son ventajas para EE UU en el caso de sanciones. En el sector aéreo los norteamericanos perderían, aunque Colombia afronte cuantiosas pérdidas, y su economía acuse el golpe: el 20% de los ingresos anuales de ACES, segunda línea aérea de Colombia, 28 millones, provienen de sus vuelos hacia EE UU. En conjunto, es mayor el número de pasajeros que las aerolíneas estadounideneses transportan entre ambos países que el de las colombianas. En 1995, un total de 924.395 personas viajaron hacia EE UU, el 39% del total.

Comercio vulnerable

El comercio exterior parece ser, pese a todo, el más vulnerable, y sus envíos lo son por vía aérea. El comercio de flores, por ejemplo, superó el pasado año al de banano y esmeraldas: 475 millones de dólares (casi 62.000 millones de pesetas). Para Javier Diez Molina, vicepresidente de la Asociación Nacional de Exportadores, las recientes declaraciones de funcionarios norteamericanos son preocupantes. "Si los EE UU consideran que no estamos haciendo bien la tarea, nos quitarán las preferencias, que están amarradas al desempeño de la lucha contra el narcotráfico".Los choques son frecuentes, y públicos. La policía secreta colombiana intercepta las llamadas de funcionarios estadounidenses en ese país, según imputación del subsecretario de Estado para Asuntos de Narcóticos, Robert Gelbard, un crítico del Ejecutivo de Samper, quien comparó el riesgo de los diplomáticos de su país en Bogotá con el sufrido en Moscú durante la guerra fría.

De aplicarse sanciones contra Colombia no sería la primera vez. Un férreo control de ciudadanos y mercancías fue impuesto en 1987 después de que fuera liberado el narcotraficante Jorge Luis Ochoa Vasquez.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_