La guerra de las "vacas locas"

Las propuestas de la Comisión Europea para acabar con la denominada guerra de las vacas locas, son duras pero claras. A pesar de la postura de los ministros británicos, al Reino Unido no le queda otra salida más que someterse a las recomendaciones de la Comisión para librarse de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB). (-) Prudentemente, la Comisión ha dejado que los detalles sobre las fases de su programa para la erradicación de la EBB sean decididos por los expertos veterinarios. Son bien acogidas las medidas puestas en marcha por las autoridades británicas y las que más adelante puedan tomar. También advierte que los consumidores europeos han perdido la confianza en la capacidad británica de acabar con laenfermedad.(-) Los temores sobre los problemas de la alimentación provocan grandes polémicas, pero esto no es una excusa para que los políticos los manejen como una disputa internacional, como el Gobierno británico hizo. El primer ministro, John Major, parece adoptar un tono mucho mas conciliador hacia la Unión Europea en un discurso pronunciado ayer en Londres. Major debería de seguir sus postulados, abandonar la estúpida política de interrumpir los procedimientos de la UE y dejar que el problema de la encelopatía espongiforme bovina se desplace del campo de la política hacia el campo de la ciencia veterinaria, a la que pertenece.

20 de junio