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Un decreto-ley de Sanidad intentará cerrar el paso a 300 'productos milagro' españoles

La normativa prohibirá la publicidad de artículos 'útiles' para varias enfermedades

Mientras usted duerme, Luna Adelgazante destruye con una extraordinaria precisión todos los depósitos de grasa acumulados durante el día. Para ello basta con gastar unos miles de pesetas en las cápsulas de Phaseolus vulgaris. Es sólo uno de los cientos de productos milagrosos que se mueven entre una jungla de leyes consiguiendo esquivarlas todas. La Organización de Consumidores y Usuarios ha denunciado más de 100 productos milagrosos. La lista de la Administración supera los 300. Un próximo decreto-ley de Sanidad intentará cerrar el paso a todos ellos.

El proyecto del Ministerio de Sanidad limita y prohibe la "publicidad de productos, actividades o servicios de pretendida finalidad sanitaria, los llamados productos milagro". Como por ejemplo los Tights Magics, "pantys adelgazantes y reposantes", retirados del mercado tras una denuncia.La nueva normativa prohibirá la publicidad de los artículos que manifiestan su utilidad para una o más enfermedades. En este apartado el rey es Bimanter. Sus imanes terapéuticos tratan 63 enfermedades, desde el acné juvenil a la artritis senil. Denunciada hace dos años por la OCU, fue condenada por publicidad engañosa.

"La vía judicial es ineficaz, porque tarda dos años en fallar, y cuando falla ya no existe ni la campaña publicitaria ni el producto ni el fabricante", dice Juan Del Real. Para el director de la OCU, la estrategia de los fabricantes de milagros tiene cinco etapas: una verdad científica, términos científicos y naturales, un producto o aparato fácil de utilizar, una campaña publicitaria con aval científico y de famosos, y finalmente, para el caso de que haya denuncias: la certeza de la inocuidad del producto. Si no cura, que tampoco dañe.

La verborrea de los productos milagrosos jamás cae en la tentación de escribir la palabra "curar". El generador de ondas Armony Cell (11.350 pesetas) "combate el insomio"; por 8.800 pesetas Eromac "estimula la erección", el vitalizador Nicovital (8.995 pesetas) "ayuda a ejercer un mayor control sobre nuestra actividad física y mental". Este cuidado lenguaje dificulta que los productos sean retirados por infringir la Ley de la Publicidad. Pese a ello, 35 productos milagrosos han sido denunciados por la OCU por publicidad engañosa.

El real decreto prohibirá otra de las tácticas de los productos milagrosos: utilizar como respaldo a autoridades sanitarias de otro país. Es el caso de Nikken Europa, que asegura que sus productos han sido homologados por "el Ministerio de Sanidad y Seguridad Social". Obviamente el público sobreentiende que es el de España, pero, para empezar, España no tiene un ministerio que se llame así. Los números de registro tampoco coincidían con los del ministerio. Es más, estos productos no necesitan ningún registro sanitario. Con sólo comunicar su existencia a la consejería de Industria de cualquiera de los gobiernos autónomos puede salir al mercado de toda España. Su registro, por tanto, no equivale a ningún certificado sanitario.

De venta en farmacias

Las víctimas de los productos milagrosos son enfermos crónicos, que no encuentran una respuesta satisfactoria en la medicina tradicional, pero además es "una persona de atención escasa y conocimientos escasos", según una sentencia judicial, que se fía del aval de un famoso o de latiguillos como "con registro sanitario".

En un reciente congreso, los farmacéuticos entonaron su parte de culpa. Algunos de estos milagros se despachan en sus oficinas y el milagro se publicita con el gancho "de venta en farmacias". Esto quedará prohibido. También prohibirá Sanidad a los profesionales sanitarios amparar la publicidad o diagnosticar a través de los medios de difusión.

El Colegio de Farmacéuticos de Barcelona ha comenzado a exigir a los fabricantes más información de estos productos, "sólo con esta petición", dice Duran, "ya los fabricantes han renunciado a vender en las farmacias de Barcelona, pero los venden en el resto de España". Una iniciativa similar se ha tomado entre la OCU y las farmacias de Madrid para identificar estos productos milagrosos e informar a la población y a las autoridades.

"Los productos milagrosos, en el mejor de los casos", advierte Del Real, "sólo proporcionan un efecto placebo, psicológico". O sea, como poner una vela a Santa Rita. Pero la vela cuesta cinco duros.

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