"En el Fermilab puede haberse detectado una nueva fuerza, pero es prematuro afirmarlo"
Steven Weinberg, de 63 años, premio Nobel de Física en 1979 y uno de los científicos más respetados en la actualidad, considera que puede haber algo interesante en los datos obtenidos por el equipo CDF del laboratorio estadounidense Fermilab, que ha revuelto el mundo de la física con su propuesta, para algunos aventurada, de que los quark pueden tener estructura y no ser partículas fundamentales. Es decir, pueden estar formadas por partículas aún más pequeñas que pasarían a ser las, fundamentales. El equipo del Fermilab cuenta en su haber el haber hallado el último quark, el top, y haber determinado su masa."Sobre la base de la evidencia del Fermilab", comentó ayer Weinberg en Barcelona, "parece que a veces se produce una extra-interacción, a veces una extra-fuerza quizá entre quarks que no está prevista en la teoría actual sobre partículas elementales, y esto es el tipo de cosa que sucedería si los quarks estuvieran formados por otras partículas. Pero esa no es la única posibilidad. También podría ser que nos hallemos ante una nueva fuerza que no tenga que ver con que los quarks sean divisibles. Y también podría ser que nos halláramos ante un accidente, algo que sucede por casualidad cuando se realizan muchos experimentos, igual que uno puede recibir cuatro cartas iguales en el póquer cuando juega -muchas veces. Todavía es demasiado pronto para saber qué es lo que se ha observado en el Fermilab".
Weinberg, que será investido hoy doctor honoris causa
por la Universidad de Barcelona, recordó en una conversación con varios periodistas que en los últimos años se han producido momentos de gran excitación por supuestos descubrimientos de partículas que resultaron ser "el efecto de meros accidentes",pero mostró su esperanza de que esta vez sea realmente algo nuevo que haga necesario modificar las teorías. "Lo malo que tiene la teoría es que es muy aburrida",apostilló.
Década de verificación
Este aburrimiento es consecuencia en parte de la implacable imposición de la teoría estándar que se ve confirmada una y otra vez por los experimentos. En su elaboración ha intervenido en gran manera el propio Weinberg, que obtuvo el Nobel por su contribución a la teoría que unifica el electromagnetismo y la fuerza nuclear débil, componente básico del modelo estándar. La falta de nuevas teorías que den soporte a nuevas experimentaciones ha llevado a muchos a creer que los noventa no son buenos años para la física de partículas.Weinberg considera que hay algo de verdad en esto, pero que prefiere enfocar la situación de otra manera. "En los años setenta", explicó, "hubo un gran interés por la física: se produjo una gran teoría explicativa y un gran desarrollo de los aceleradores de partículas. Pero esta teoría no era ni es la teoría final. Hay cuestiones que piden oxígeno a una teoría más fundamental. Desde entonces, lo que se ha logrado con los experimentos ha sido verificar algunos datos, completar la teoría del modelo estándar y aportar información cuantitativa, como por ejemplo determinar la masa del quark top. Lo que se ha hecho en los años posteriores ha sido explotar los grandes éxitos que se obtuvieron en la década de los setenta".
Este periodo de consolidación de la física de partículas contrasta con el "desarrollo importante" que están experimentando disciplinas muy próximas como la astronomía y la cosmología. Satélites como el Hubble y el Cobe "están proporcionando datos maravillosos sobre el universo", agregó.
Steven Weinberg es un científico que no rechaza la divulgación. Hace casi 20 años publicó un libro que ya es un clásico del género: Los tres primeros minutos del universo, editado en España por Alianza Editorial y ahora en fase de reedición.
Tampoco elude contestar a las preguntas especulativas. ¿Qué sucedió un segundo antes del big bang, la gran explosión que originó el universo que conocemos? Esta es una pregunta que le hizo el vicepresidente norteamericano, Al Gore, para la que tiene dos respuestas. No pudo suceder nada porque el tiempo no existía, dado que el tiempo tuvo que empezar con el propio big bang. Pero cabe especular que la eternidad existe y que la gran explosión que dio lugar a nuestro universo fue simplemente una fluctuación local, como una burbuja en una caldera de agua hirviendo. "Puede haber otros big bang que se producen antes, después o al mismo tiempo que la gran explosión que ha dado lugar a nuestro universo. Sería un bang no tan grande", ironizó.
¿Existen en este momento varios universos? "Yo no lo formularía así", respondió. "El nuestro sería como un barrio que se expande a su modo en un megauniverso mucho mayor y que sí sería eterno. Pero no sé, agregó para subrayar que todo esto es especulación.
De lo que sí está seguro es de que ésta no es una pregunta sólo religiosa o filosófica: "También puede abordarse científicamente". Es decir, pueden plantearse experimentos que permitan retroceder más allá del big bang, buscar la huella de la fluctuación mecánico cuántica que dio lugar a la gran explosión que hace más de 10.000 millones de años originó el universo conocido.
Una teoría final
Pese a su afición por la cosmología, Weinberg echó el freno en un momento dado de la conversación para reivindicar su papel de físico preocupado fundamentalmente por el estudio de las leyes que rigen la naturaleza y para recordar que explica todo ello en un libro titulado Sueños de una teoría final, que va a publicar pronto en español. Bajo este mismo título dio anoche una conferencia en el Museo de la Ciencia de Barcelona. "El universo es una ilustración más de las leyes de la naturaleza, que son realmente lo fundamental", subrayó.La elaboración de una teoría que supere el modelo estándar y sea capaz de integrar la fuerza nuclear débil y, sobre todo, la gravedad es el gran reto que afrontan los físicos teóricos. La línea de estudio que mayores esfuerzos ha reunido en los últimos años se centra en las teorías de supercuerdas. - Weinberg no apuesta claramente por ellas, dado que ninguna ha sido capaz hasta ahora de formular propuestas experimentales que la pongan a prueba, pero sí las respeta: "Es necesario tener una teoría que complete el modelo estándar y la mejor candidata es la de supercuerdas, porque incluye la gravedad en todos los rangos de energía".
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