"En las pensiones no puede haber grandes cambios ni sobresaltos"

Juan Carlos Aparicio (Burgos, 1955) presentó el pasado jueves la renuncia al acta de diputado por el Partido Popular para dedicarse exclusivamente a su tarea, sin duda complicada, de secretario de Estado de la Seguridad Social.Pregunta. ¿Va a dar un gran vuelco en la política de Seguridad Social respecto a lo que han hecho sus antecesores?

Respuesta. No, en Seguridad Social y en pensiones no se pueden dar grandes cambios ni grandes sobresaltos y, además, en este área el terreno está bien acotado con el marco constitucional y el Pacto de Toledo.

P. Al llegar al Ministerio se han encontrado con un déficit importante. ¿A cuánto puede ascender?

R. Hemos encontrado unas insuficiencias presupuestarias importantes, que pueden situarse en torno a los 470.000 o 480.000 millones de pesetas.

P. El anuncio del déficit, sumado a las declaraciones de José Barea, han creado una cierta alarma sobre el futuro del sistema de pensiones.

R. No creo que deba producir alarma. Lo que no puede producirse es un olvido sobre un diagnóstico que se produjo hace un año con el Pacto de Toledo. Las dificultades presupuestarias, unas son normales, y otras demuestran que se produjo una reducción importante en la prórroga de Presupuestos. Dicho de otra manera, cabe hablar de que el anterior Gobierno ya produjo un recorte en el gasto social.

P. Concrete ese déficit.

R. Sabiendo que la financiación de la sanidad en el año 95 tuvo necesidad de un préstamo por parte del Ministerio de Trabajo de 444.000 millones, al haber limitado la disponibilidad a 270.000 hay 170.000 millones menos para hacer frente a ese gasto sanitario. Y creo que eran conscientes de que estaban reduciendo una partida de gasto social. Seguimos concretando. No se tuvo en cuenta el efecto acumulativo que tuvo la actualización de las pensiones del año 95 al 96, por la paga extraordinaria y por la desviación de la inflación, lo que tiene un decalaje de otros 100.000 millones de pesetas. Y luego hubo un supuesto bastante optimista en cuanto a la evolución de las cotizaciones y de los aumentos salariales.

P. ¿La moderación salarial está perjudicando a las cotizaciones?

R. Influye. Y, si uno ha hecho una apuesta de crecimiento salarial y resulta fallida, acaba creando problemas al sistema.

P. ¿También han influido contratos como el de aprendizaje con muy baja cotización?

R. Sí, también ha influido negativamente. Sin duda, el contrato de aprendizaje no ha sido bueno, ni en sus aspectos formativos ni de protección social.

P. ¿Eso se va a corregir?

R. Habrá un nuevo modelo de contrato de aprendizaje.

P. Con este panorama, ¿es posible bajar las cotizaciones?

R. En este momento, con un proceso de convergencia, no es posible en términos económicos. No figuró en el programa del PP, pero nadie discute que es un objetivo deseable reducir los costes indirectos del trabajo.

P. ¿Está de acuerdo con José Barea en que las pensiones aumenten por debajo de la inflación?

R. La opinión del señor Barea en ningún caso va a prevalecer sobre la opinión rotunda y contundente que ya ha manifestado José María Aznar.

P. ¿Su propósito es desarrollar de inmediato el Pacto de Toledo?

R. Ya ha pasado un año y no podemos permitimos grandes esperas. Quiero recordar que lo que no mejora tiende a empeorar, y cuanto antes se adopten esas medidas, menos necesidad habrá de medidas más drásticas.

P. ¿Va ser fácil mantener el pacto parlamentario?

R. Nosotros queremos incluso reforzarlo mediante diálogo con las fuerzas parlamentarias que lo suscribieron. A nadie se le oculta que alguna fuerza política pueda tener el deseo de distanciarse.

P. ¿Se está refiriendo a Izquierda Unida?

R. Me refiero a las fuerzas que parece no acaban de asumir que ya tuvieron su debate interno. Sin duda, en el caso de Izquierda Unida, somos conscientes de que se ha producido un gran debate interno.

P. ¿Y qué medidas van a ser las prioritarias?

R. La separación financiera de la parte contributiva y no contributiva. Con carácter previo, está el mantenimiento del poder adquisitivo de las pensiones.

P. ¿La separación financiera de la parte no contributiva y la salida de, la sanidad deja un sistema de pensiones saneado?

R. El balance parcial de ingresos y gastos contributivos ha tenido superávit en los últimos años, incluso en años malos para el empleo. Ésa es una de las claves. Una parte importante de las cotizaciones está cubriendo un 15% del gasto sanitario y eso sí que va en contra del Pacto de Toledo.

P. ¿Hay posibilidad de un nueve) impuesto para financiar la parte no contributiva como la sanidad!

R. No me gustaría invadir terrenos que no me son propios, pero estos últimos años el crecimiento del gasto sanitario ha tenido unas fases muy expansivas. No puede pensarse a corto plazo en repetir esos niveles tan expansivos porque sería un elemento de riesgo, o sobre otras áreas de protección social, o sobre el conjunto de la economía.

P. ¿Se va a modificar el periodo de cómputo para calcular la pensión?

R. No basta con tener envidia de los sistemas más sólidos, sino que hay que utilizar su metodología. Tomar un mayor tiempo de la vida laboral no tiene que tomarse como una medida negativa ni de reducción del gasto. Piense que cada día es, desgraciadamente, más frecuente personas de cierta edad con los últimos años en desempleo, y eso sí que incide negativamente en la pensión.

P. De los ocho años actuales, ¿a cuántos se va a pasar?

R. Se puede ir avanzando hasta lo que es el promedio europeo, que se sitúa en tomo a unos quince años, y haciéndolo de una manera gradual para no perjudicar expectativas de derechos adquiridos. El ritmo sería avanzar un año por cada eiercicio presupuestario, hasta alcanzar ese objetivo de al menos, unos quince años o veinte años.

P. ¿El aumento del periodo de cómputo supone una menor pensión?

R. Ése es un planteamiento poco afortunado de la reforma de 1985, que dejó un mal sabor de boca en grupos que entienden que esa medida no tiene otro efecto que el recorte.

P. ¿Es consciente de que ese punto puede ser polémico?

R. Sí, pero esto ya se suscitó en el Pacto de Toledo y tuvo una aceptación política por parte de todos los que lo suscribimos y una aceptación social. Espero que ahora nadie quiera desprenderse de sus opiniones anteriores.

P. El retraso de la jubilación no beneficia a la reducción del paro.

R. El sistema español permite mantener y crear puestos de trabajo. Además, en los próximos años va a reducirse la entrada de población activa.

P. En estos momentos, ¿cómo está la relación cotizantes-pensionistas?

R. Prácticamente dos a uno, y esto no debe asustar especialmente. Y lo digo porque lo que dedicamos de nuestro producto interior bruto no está en unos términos ni muy preocupantes ni muy distintos a nuestro entorno. Lo que sí es deseable es que haya cada vez más cotizantes en un sistema de reparto y una creación neta de empleo.

P. ¿Le costó mucho convencer a su partido de que suscribiese el Pacto de Toledo?

R. No. En aquel momento había un clima de opinión muy falso y nos querían poner al PP al margen de la Constitución. El PP siempre ha querido que el sistema público se fortalezca.

P. Tiene que reconocer que en el PP había corrientes de opinión bien diferentes respecto al sistema público de pensiones.

R. Yo no lo he percibido en los planos de decisión en los que me he movido. Cuando se han defendido otros modelos yo siempre he dicho lo mismo: que se me demuestre que son viables técnicamente.

P.¿El PP tiene la sospecha de que perdió las elecciones de 1993 por las dudas que había sobre su defensa de las pensiones?

R. Hoy todavía hay personas que me dicen: "¡No nos quitarán ustedes las pensiones!" Lo cual demuestra que se supo alentar un clima muy hostil y de intimidación pura hacia los pensionistas. Es muy saludable que no vuelvan a decirse aquellas barbaridades.

P. ¿Prestará alguna atención al informe que prepara Piñera sobre la aplicación del modelo chileno de pensiones a España?

R. En el informe, ya conocido, el propio autor reconocía las dificultades de financiación, y sobre todo se derivaba una consecuencia muy clara: es incompatible con el proceso de convergencia, porque al menos durante diez años conlleva un incremento fuerte del déficit público.

P. ¿Pero sólo por esa razón?

R. Cuando hay una razón técnica de ese peso ya no me planteo más debates ideológicos.

P. Con el Pacto de Toledo se asegura la viabilidad futura del sistema.

R. Se asegura la viabilidad, pero también el propio acuerdo reconoce prudentemente que es necesario un seguimiento y una revisión cada cinco años. No hace falta explicar a nadie que las previsiones macroeconómicas no siempre se cumplen y hay que corregir el rumbo sobre la marcha.

P. ¿Usted aconseja a los ciudadanos que se hagan un fondo privado de pensiones?

R. Sí, naturalmente, porque creo que es bueno y porque a nadie le puede molestar tener una mayor renta en la jubilación. 'Soy consciente, sin embargo, de que muchas familias españolas tienen un margen de ahorro extraordinariamente reducido. De ahí que no me olvide nunca de la necesidad de que ceda la presión fiscal a medio plazo para que, sin trastornar la vida de los ciudadanos españoles, exista ese margen de ahorro para todo el mundo, y no sólo para la rentas altas.