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Crítica:CINE
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¿Un policiaco psicológico?

A lo largo de la historia del cine son muchos, y muy famosos, los actores que han pasado a la dirección. A este amplio grupo de actores que pasan a la realización ahora viene a sumarse Imanol Arias, pero lo hace en muy desfavorables condiciones.En primer lugar Un asunto privado es un intento de policiaco psicológico, un subgénero especialmente difícil y que no cuenta con la suficiente tradición en España. Además parte de un guión no especialmente atractivo y poco elaborado. Y, para mayores complicaciones, la práctica totalidad de la acción se desarrolla en una de esas suntuosas casas que sólo íe ven en las películas españolas, pero quizá más por condicionamientos económicos que puramente dramáticos.

Un asunto privado

Director: Imanol Arias. Guionistas: Carlos López, José Ángel Esteban. Fotografía: Acacio de Almeida. Música: Mario de Benito. España, 1995. Intérpretes: Jorge Perugorría, Pastora Vega, Antonio Valero, Fabián Vena, Patricia Vico. Estreno en Madrid: Fuencarral, Madrid.

A partir de estos elementos era necesario ser un gran especialista en historias policíacas para haber conseguido una película con algún interés, e Imanol Arias tan sólo es un arriesgado debutante que ha ido mucho más allá de sus posibilidades y ha caído en todas y cada una de las trampas que se ha dejado tender o que él mismo se ha tendido.

Nada funciona como debería en este fallido policiaco psicológico, tanto porque los personajes no llegan a tener consistencia, como porque sus acciones nunca llegan a estar justificadas.

Imanol Arias, hace todo lo que puede para que la historia resulte comprensible, pero enseguida queda ahogado por las múltiples dificultades del intento. La narración se hace extremadamente frí, nada atractiva y poco grata de contemplar. Al tiempo que los actores tampoco consiguen insuflar la menor vida sus personajes.

No es buena la idea de que la interesante Pastora Vega sea una cantante, doblada y además teñida de rubio. El cubano Jorge Perugorría está más gordo que nunca y resulta poco convincente lejos de sus habituales camiones. Mientras Antonio Valero parece perdido en su imposible papel de maléfico marido.

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