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Poquer de ases hispanoparlantes

Con la concesión del Premio de la Paz de los libreros alemanes de este año al peruano Mario Vargas Llosa, se forma un auténtico póquer de autores hispanoparlantes con los anteriores galardonados: en 1980 el poeta nicaragüense Ernesto Cardenal; en 1984 el poeta, ensayista y posterior premio Nobel mexicano Octavio Paz, y, en 1994, el novelista y ex ministro español Jorge Semprún.En su última intervención pública antes de la concesión del premio de los libreros alemanes, Vargas Llosa participó en el coloquio sobre la prensa, organizado por EL PAíS con motivo del 200 aniversario de este periódico. Vargas Llosa no formaba parte de los que debatían en la mesa, sino que estaba sentado entre el público. No pudo Vargas Llosa con su temperamento y, en el coloquio que siguió al debate sobre la prensa en América Latina, arremetió, micrófono en mano, contra las tesis vertidas sobre el auditorio por el mexicano Luis Javier Solana, asesor editorial de El Universal.

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Mario Vargas Llosa, galardonado con el Premio de la Paz por los libreros alemanes

a intervención de Vargas Llosa habría hecho sin duda las delicias de quienes le concedieron el premio en Francfort. Con la misma energía y compromiso con que acusaba de cacasenos, algo así como necios en la lengua de Arequipa, a quienes durante la campaña electoral en Perú le atacaban con necedades; con la misma soltura con que puso de vuelta y media a la clase política peruana en sus memorias El pez en el agua, Várgas Llosa replicó a la intentona del periodista mexicano de relativizar la libertad de prensa y hablar de libertad real.

Mario Vargas Llosa entra en la galería de los premiados por los libreros alemanes, al lado de otros tres autores hispanos polémicos. Cardenal recibió el premio en los días de luna de miel de Europa con la revolución sandinista, de la que hizo apología, cuando se presentó en Francfort con su gorra de Che Guevara de vía estrecha. Octavio Paz escandalizó cuatro años después, cuando advirtió ya de la degeneración del sandinismo. Semprún puso su acento sobre la Alemania escenario de las dos grandes dictaduras de este siglo: la nazi y la comunista. No puede Vargas Llosa desear mejor compañía, ni mejor foro para su compromiso con la libertad sin adjetivos.

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