Peones en declive
La Voz del Sur, la radio oficial de la milicia libanesa que Israel utiliza desde hace años como sacos terreros en posiciones de primera línea, se limitaba ayer a retransmitir viejas arengas a los libaneses a sublevarse contra "los terroristas de Hezbolá". El "incidente" de Qana, decía un locutor utilizando el eufemismo israelí para la matanza del jueves, es culpa de Hezbolá y de sus aviesas intenciones de entregar Líbano a las garras de Irán.El Ejército del Líbano del Sur (ELS), la milicia de 6.000 hombres entrenados, pagados uniformados y armados por Israel está sumida en la confusión. En el cuartel de Antoine Lahd, el ex general cristiano del Ejército libanés, que manda el ELS y comparte cuartel en Marjayún con oficiales del Ejército israelí, no hay entusiasmo por el alto el fuego.
Una tregua entre Hezbolá e Israel no implica una tregua con el ELS y los hombres de Lahd saben muy bien que si Israel, por razones políticas internas o por la presión internacional, decide silenciar sus cañones, ellos seguirán siendo blanco de Hezbolá.
El ELS está desde hace tiempo en crisis. Según fuentes de seguridad en el sur, las deserciones han ido en aumento en los últimos meses tras una serie de reveses en manos del altamente motivado movimiento guerrillero. "Hezbolá está ofreciendo perdonar la vida de todo miliciano que aporte información que contribuya a su campaña militar contra Israel", dicen.
