_
_
_
_
EL POLVORÍN DE ORIENTE PRÓXIMO

Las cañoneras israelíes impiden el traslado de los heridos del refugio a Beirut

Mientras que llega el esperado alto el fuego, por el que trabajan ya en diplomacia secreta los Gobiernos de Líbano, Siria e Israel y la misma guerrilla Hezbolá, el Ejército israelí mantiene la presión militar. Sus cañoneras cerraron ayer la carretera de la costa que une Beirut con las ciudades y pueblos del sur, impidiendo el traslado a la capital de muchos de los heridos de la matanza del refugio de Qana, en donde el jueves murieron cerca de un centenar de personas.

Más información
Westendorp lamenta los "excesos no controlados" del Estado hebreo
Peones en declive

La desierta ciudad de Tiro volvió a temblar ayer bajo el estruendo de la artillería mientras. las cañoneras israelíes, que disparaban esporádicas ráfagas, consiguieron clausurar la carretera costera paralizando totalmente las comunicaciones entre Beirut, Sidón y Tiro. "Ahora sí que estamos a merced de los judíos", dijo un transportista libanés forzado a permanecer en Sidón.El bloqueo también perjudicó el traslado a Beirut de muchos de los supervivientes de la matanza de refugiados en el cuartel de las Naciones Unidas de Qana hace dos días. "Muchos de los heridos necesitan atención médica en Beirut o Sidón", dijo un médico del hospital Al Najar, en Tiro. Sólo unas cuantas ambulancias que transportaban los cadáveres de algunos de los refugiados que perecieron bajo las bombas israelíes en Qana consiguieron llegar a Sidón, donde se prepara para hoy un funeral en masa.

"No sé si vamos a poder identificar a todos. Hay cadáveres totalmente destrozados, miembros sueltos, cuerpos decapitados. Es lo más horrible que he visto en in¡ vida", dijo un joven camillero a las puertas del depósito de cadáveres. No hay cifra exacta y definitiva del número de muertos, pero se teme que se acerquen al centenar. Los identificados hasta ahora son 75.

En Beirut, el primer ministro Rafik Hariri anunció que su Gobierno había iniciado contactos de emergencia con la guerrilla Hezbolá a fin de explorar posibles caminos hacia una tregua, pero no reveló más detalles.

Fuentes políticas señalan que ambos tratan de resucitar el espíritu del pacto verbal que puso fin a hostilidades similares en el verano de 1993 sobre la base de un compromiso de abstenerse de ataques contra poblaciones civiles en ambos lados de la frontera.. Ésas fuentes indican que Líbano estaría demandando que cualquier nuevo acuerdo sea por escrito y que venga acompañado de una admisión israelí de la necesidad de resolver el problema de fondo: la ocupación del sur de Líbano que Israel mantiene desde 1978 en contra de las resoluciones de las Naciones Unidas.

Dejar de disparar primero

Hezbolá, por su parte, ha indicado que está dispuesto a detener sus ataques, pero que Israel debe cesar sus bombardeos primero. Ésa parece, de momento, la única posición oficial del movimiento guerrillero. Pero fuentes bien informadas aseguran que Hezbolá, al igual que Siria, está tratando de sacar el máximo provecho posible del torrente de iniciativas diplomáticas. "No podemos volver al mismo punto de partida. Debemos lograr que la comunidad internacional comience a darse cuenta de que la crisis de Líbano no va a dejar de existir mientras continúe la ocupación israelí", dijo un miembro de Hezbolá.El dilema que se cierne sobre Hezbolá es complejo: si el paquete de propuestas de paz incluye, por ejemplo, un repliegue de la guerrilla a las montañas al norte de la zona ocupada por Israel para evitar puntos de fricción, Hezbolá difícilmente podrá defender el argumento de que jamás hará concesiones mientras exista un solo soldado israelí en suelo libanés. De la posibilidad de desarmar a Hezbolá, como insiste Israel, no se habla porque equivaldría a una total capitulación que ni Líbano ni Siria están de ningún modo dispuestas a contemplar.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_