El Reino Unido recurrirá ante ante el tribunal europeo la prohibición de exportar vacuno

Para entusiasmo de las fuerzas vivas, el primer ministro británico, John Major, confirmó ayer que su Gobierno recurrirá ante el Tribunal de Justicia Europeo la prohibición de exportar carne de vacuno británico. Los expertos legales consideraban ayer más un gesto de cara a la galería que una auténtica medida práctica la anunciada por Major de desafiar a la Comisión Europea."La prohibición tiene más que ver con los intereses de los mercados cárnicos de otros países que con la salud pública", dijo el primer ministro en la Cámara de los Comunes. La afirmación de Major se basa en unas desafortunadas declaraciones hechas por el comisario de Agricultura europeo, Franz Fischler, el pasado fin de semana, cuando confesó a los periodistas que no tendría inconveniente en consumir carne de vacuno britanico.

Pero, a su vez, el Gobierno británico será llevado a los tribunales por las familias de ocho víctimas de la enfermedad de CreutzfeldtJakob -mal que ahora se relaciona con el de las vacas locas-, que contrajeron con hormonas del crecimiento extraídas de la hipófisis de cadáveres entre 1959 y 1985, e inyectadas sin ningún análisis. Ayer plantearon la demanda por negligencia criminal contra el Ministerio de Salud. Las víctimas tenían entre 20 y 34 años.

Además, la opción elegida por el Gobierno británico a la hora de atacar el desagrable tema de las medidas necesarias para combatir la crisis provocada por el mal de las vacas locas ha sido la de hablar de libras antes que de vacas sacrificadas. Antes de declarar formalmente el número de cabezas que serán sacrificadas, Douglas Hogg, ministro de Agricultura, anunció ayer un paquete de ayudas económicas, a financiar mayoritariamente por la Unión Europea, para compensar a los ganaderos y a todos los trabajadores del sector cárnico, cuyos ingresos han sido afectados por la crisis.

Tras la intervención de Major, el ministro de Agricultura pasó ' a presentar las medidas concretas en un tono sorprendentemente triunfalista, ya que, según él, la venta de carne de vacuno en el país se ha recuperado hasta el 85% del nivel previo al estallido de la crisis de pánico. De acuerdo con datos suministrados por una empresa auditora, la carne no vendida asciende a 132 millones de libras.

Así las cosas, el Gobierno británico presentó sus medidas más como una concesión al público y a la Comisión Europea que a auténticas razones de preocupación sanitaria. Hogg precisó los diferentes paquetes conipensatorios que entrarán en vigor el 29 de abril.

Por cada vaca mayor de 30 meses que vaya al matadero, su dueño percibirá una media de 500 libras (95.000 pesetas) -dependiendo del peso- procedente del esquema de ayuda diseñado por la UE. El Gobierno británico contribuirá con un total de 80 millones de libras a compensar a aquellos ganaderos con reses de especial calidad y correrá con los gastos de sacrificar y eliminar a las reses. Los mataderos, por ejemplo, recibirán 110 millones de libras (unos 22.000 millones de pesetas). y también será remunerado el trabajo de las empresas de transformación de carne que se harán cargo de los cadáveres y despojos, a la espera de que una comisión especial decida el mejor método desde un punto de vista ambiental de deshacerse de ellos. Entretanto, Francia ha decidi do matar 76.000 reses procedentes del Reino Unido; y Holanda a otras 64.000.