_
_
_
_
Reportaje:TERCER CICLO: EL PRECIO DE LA TESIS

Los doctorandos gastan 25.000 pesetas en convidar a los miembros del tribunal

Salmón ahumado, merluza en salsa verde, un buen solomillo o una paellita. Los menús a los que invitan tradicionalmente la mayoría de los doctorandos a los miembros de su tribunal son de lo más variado pero, eso sí, pocas veces bajan de las 3.500 pesetas por persona. Cantidad que; multiplicada por las cinco personas del tribunal, más el director de tesis y el propio doctorante suma una media de 25.000 pesetas. Sin embargo, no son pocos los casos en los que la cantidad por persona asciende hasta las 5.000 pesetas.

Un verdadero compromiso

"Te puedes gastar poco en invitar a comer a tu tribunal, pero quedas mal. Yo me dejé más de 30.000 pesetas en la comida, por el compromiso", dice Javier Ortega, que leyó su tesis en Biología hace un par de años. "Hay una cierta coacción porque tu contacto con esas personas no acaba después de que juzguen tu tesis, sigues dependiendo de ellos en el futuro para las plazas a las que puedas optar en la Universidad".La mayoría de los profesores y catedráticos se muestran encantados de que les inviten a participar en los tribunales. Entre la decena de profesores universitarios consultados, la mayoría defiende esta tradición, aunque algunos se conforman con un acto más austero. El elegido para la comida de lectura de tesis, suele ser un restaurante próximo a las universidades. Los maître lo saben de, sobra. Por ejemplo, los doctorandos de la Universidad Autónoma de Madrid suelen reservar mesa en el Club de Tiro Cantoblanco y los del campus de Burjasot de la Universidad de Valencia suelen ir a Benissano, un lugar típico de paellas. Manolo, el maitre del restaurante del Club de Tiro, dice que hay doctorandos "que reservan mesa para la comida de la lectura de tesis con unos días de antelación y otros con un mes. Algunos de estos jóvenes eligen una de las opciones de menú de 1.800 pesetas por persona, pero muchos eligen a la carta y que les sale entre las 4.000 y 5.000 pesetas por persona, dependiendo del vino elegido".

Julio Carabaña, profesor de Sociología de la Educación en la Universidad Complutense de Madrid, recuerda que existe esta costumbre al menos desde que leyó :su tesis en Valencia, hace varias décadas. "Es una tradición antigua e inocua. Creo que se trata simplemente de festejar que un licenciado se hace doctor y me parece bien desde que el doctorando invite a tomar unas tapas, hasta que pague una buena comida".

Sin embargo, algunos de estos jóvenes doctores no están del todo de acuerdo. Un buen número considera que no existe ninguna razón por la que tengan que invitar, por tradición, a unas personas con las que únicamente mantienen una relación profesional. "A mí me parece un abuso", opina Ignacio Sánchez Cuenca, doctor en Sociología, que actualmente ejerce como profesor en la Universidad de Salamanca. "Es una tradición que distorsiona un poco el acto de lectura de tesis, supone una interferencia en el proceso de evaluación de las tesis. Todo el mundo da por supuesto que vas a invitar y, si no lo haces, quedas mal con ellos".

Este profesor opina: "en todo caso, deberían ser los miembros del tribunal los que invitaran al recién doctorado".

Impensable en EE UU

Robert Fishman, profesor en la Universidad de Notredame (situada en el Estado norteamericano de Indiana), que ha participado en tribunales de tesis tanto en su universidad como en la de Harvard, dice: "una costumbre como ésta sería impensable en mi país. Se supone que los miembros del tribunal tienen que emitir una valoración honesta y que el doctorando no les debe nada. Si acaso, si alguien del tribunal le da buenas, ideas y publica la tesis, lo normal es incluir su nombre en los agradecimientos".En cualquier caso, lo que para muchos clama al cielo es que esta tradición se haya extendido a los tribunales que juzgan a los licenciados que opositan a una plaza de profesor titular. "Un grupo de profesores hemos creado una liga contra las invitaciones tanto del opositor que saca la plaza como de los directores de departamento que presentan a uno de los candidatos", cuenta Carabaña, "muchas veces el docente que presenta a un candidato tiene la costumbre de invitar al tribunal antes del acto. También es violento que te invite el que ha ganado la plaza, sobre todo cuando has votado contra de él. Se está juzgando a varias personas para una puesto de trabajo de por vida y se tiene una horrible sensación de que se busca el favoritisino".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_