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La dejadez oficial pone en peligro al Museo de Escultura de Valladolid

Los expertos coinciden en la urgencia de una rehabilitación integral del edificio La falta de presupuesto por la dejadez oficial ha puesto en peligro a uno de los grandes museos españoles, el de Escultura de Valladolid. Las carencias incluyen desde un sistema de calefacción y humidificación hasta un ascensor para visitantes minusválidos o para trasladar las piezas. Los expertos denuncian las múltiples deficiencias existentes en un museo de titularidad estatal, dependiente del Ministerio de Cultura. Su director, Luis Luna, cifra en sólo dos millones de pesetas la asignación oficial para mantenimiento. El mal de la piedra se une a la desidia institucional en el espectacular edificio de estilo plateresco.

La Junta de Castilla y León solicitó formalmente el pasado 12 de septiembre al Ministerio de Cultura el traspaso de la gestión del Museo Nacional de Escultura de Valladolid, que, ubicado en el colegio de San Gregorio, es una galería única en el mundo, al custodiar las más importantes obras de Juan de Juni, Alonso Berruguete, Pedro de Mena, Alonso Cano, Pompeyo Leoni y Francisco Salzillo, entre otros.

"Queremos gestionar este lugar emblemático de la cultura de Castilla y León", asegura la consejera de Cultura del Gobierno regional, María Josefa Fernández Arufe, que no ahorra críticas "a la dejadez" que ha tenido el Ministerio de Cultura con este edificio construido por Gil de Siloé, Simón de Colonia y Juan Guas, entre otros, a partir de 1488, como residencia de alumnos dominicos. Posteriormente, fue designado como museo para servir de albergue al gran número de retablos, cuadros e imágenes que sobrevivieron a la desamortización de Mendizábal.

Y es que el Museo Nacional de Escultura, cita obligatoria turística de Valladolid, padece un mal que al margen del de la piedra le puede hacer más daño que la termita: la falta de presupuesto. Su responsable, Luis Luna, contempla con preocupación cómo el recinto no puede solventar los problemas que hace más de 20 años se detectaron "y que se han arreglado como se ha podido". La falta de un sistema de calefacción y humidificación (calefacción eléctrica por termostato, y humidificadores que hay que llenar de agua de forma manual dos veces al día), el mal de la piedra en diversas zonas del museo, la necesidad de un ascensor que no sólo permita el acceso a los visitantes con minusvalías, sino que posibilite el transporte entre plantas de aquellas obras que se deseen trasladar, son algunos de los problemas que más llaman la atención en este recinto, que constituye uno de los ejemplos más interesantes del último periodo arquitectónico del gótico en España.

2.500 millones

"Harían falta unos 2.500 millones de pesetas sólo en San Gregorio para hacer de él un museo como es debido", dice el director, Luis Luna, quien contempla con especial interés las obras de ampliación que con un presupuesto de 800 millones de pesetas se están llevando a cabo en el palacio de Villena, un edificio colindante a San Gregorio que fue sede del Gobierno Civil y en el que una grúa anuncia que las obras las está realizando la empresa Huarte. "Otra preocupación más que esperemos que se solvente", explica el director en referencia a la suspensión de pagos de esta empresa.

Tanto la consejera de Cultura de la Junta como Luis Luna coinciden en que el futuro del museo "pasa por la concepción que respecto a este tipo de recintos tenga el futuro. responsable del Ministerio de Cultura".

Un edificio "en estado de coma"

Los expertos coinciden en que cualquier reforma que se acometa en el Museo de Escultura de Valladolid será un parche, si no se lleva a efecto una rehabilitación integral del edificio, que, según la Asociación de Alumnos de Historia del Arte, pertenecientes a la Universidad de Valladolid, "está en estado de coma por las últimas aberraciones que se han cometido contra él".José Miguel Ortega del Río, miembro del citado colectivo, detalla las deficiencias existentes, entre ellas la fachada, "la mejor muestra de estilo plateresco, que, después de haber sido limpiada, se encuentra en un estado deplorable por su nulo seguimiento técnico". El zócalo, asegura Ortega, "está destruido por no haberse actuado contra las humedades, el mal de la piedra y otros agentes externos. La escalera tiene partes en las que el tiempo ha destruido el trabajo de cantería y la piedra ha perdido hasta 20 centímetros". Para colmo, relata Ortega, la situación del cableado que circunda los artesonados "puede llevarse por delante el museo si se produjera un cortocircuito".

Entre los conocedores del museo sólo se espera que el arreglo de esta joya del Valladolid de Francisco de Cossío, auténtico promotor del Museo de Escultura junto al arzobispo Gandásegui, no tarde en restaurarse lo mismo que la capilla de San Pablo: 13 años.

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