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El embargo al vacuno británico que se aplique el plan contra la epidemia

Los quince ministros de Agricultura discutían anoche la cuestión financiera

Xavier Vidal-Folch

La prohibición de exportación del vacuno británico y sus derivados seguirá en pie no sólo, hasta que se disponga de un plan de erradicación de la enfermedad de las vacas locas y se ponga en práctica. Esta iba a ser la principal conclusión de los ministros de Agricultura de la Unión Europea (UE), que discutían anoche en Luxemburgo las líneas de financiación para el plan. Varios ministros insistieron en que el apoyo debería extenderse a los países cuyos mercado de bovino han recibido la crisis de rebote y un portavoz británico aseguraba haber propuesto ya el sacrifico de cuatro millones de vacas.

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Escribir la letra pequeña de la solidaridad con el Reino Unido acordada en el Consejo Europeo de Turín estaba costando sangre a última hora de la tarde de ayer, cuando se interrumpió el Consejo de ministros de Agricultura para intentar una solución de compromiso diseñada por la presidencia italiana. Para lo que desde luego no había consenso era para levantar inmediatamente el embargo, principal petición de John Major a sus colegas en la cumbre del pasado viernes.Condición previa para ello, opinaban los ministros, era que el Reino Unido presentase formalmente un plan "creible" de erradicación de la enfermedad. Un portavoz británico aseguró que su ministro, Douglas Hogg, ya lo había propuesto. Consistiría en sacrificar e incinerar cerca de cuatro millones de los once millones que cuenta la cabaña bovina británica: serían los mayores de 30 meses de edad. Se eliminarían a razón de 15.000 unidades semanales (una cada 40 segundos), en varios años.

Esas líneas de actuación eran juzgadas por los británicos como bastante más radicales que lo aconsejado por los veterinarios del Reino Unido. Pero otras fuentes indicaron que dichos propósitos no habían sido oficialmente presentados por Hogg a sus colegas en forma de un auténtico programa articulado. El ministro francés, Phillipe Vasseur, cifraba en cerca de 900.000 millones de pesetas el coste de una operación de ese género.

Costear el 80%

La delegación británica reivindicaba que el coste de cualquier operación fuera afrontado en su mayor parte -el 80%- por el presupuesto comunitario. Otras delegaciones recordaban que el tope de financiación a cargo de Bruselas para estos casos está fijado en el 70% del coste total. Y que en ocasiones precedentes, como en el caso de la erradicación de la peste porcina africana sufrida por España, no había superado el 50% de la factura.

Pese a la reiteración de la solidaridad política, los responsables de Agricultura no ocultaron su disgusto por lo mal que el Gobierno de Major ha gestionado la crisis. "Algunas cosas no se han hecho bien cuando llevamos diez años con la enfermedad y no se ha conseguido evitar que se propagase a otros países", apuntó el español Luis Atienza.

Ha habido casos "muy localizados" en Portugal, Francia, Alemania, Irlanda, Dinamarca e Italia, recordó el ministro español. Atienza aprovechó para contraponer esa desidia con la eficaz gestión desarrollada contra la peste porcina africana en España, que no se propagó "ni en un solo caso". ["El primer objetivo ahora es evitar que la enfermedad de las vacas locas afecte a los consumidores", dijo Atienza a la agencia Reuter antes de entrar en la reunión de urgencia de los ministros de Agricultura convocada para tratar la crisis desatada una vez que el Gobierno británico anunciara la posible relación entre las vacas locas y algunos casos de la enfermedad humana de Creutzfeldt-Jakob, casi siempre mortal].

Si ha habido casos de propagación de la enfermedad, aunque localizados y controlados, lo que no ha podido acotarse es la crisis económica, que se ha extendido en pocos días como una mancha de aceite por todo el continente. Así, el ministro irlandés recordaba que varios mataderos de su país han tenido que echar el cierre y subrayaba su máxima preocupación, porque el sector bovino representa el 10% del PIB irlandés. Pidió financiación de Bruselas para orquestar una campaña publicitaria que devuelva la confianza a los consumidores. Su colega italiano informó que el consumo de carne vacuna había descendido en un 40% en los últimos días. Y el luxemburgués, que la caída había sido del 50%.

Sumándose a sus reclamaciones, Atienza propugnó "medidas de intervención y elevación de las primas por cabeza, para evitar la disminución de la renta de los ganaderos". Algunas de estas reivindicaciones se recogieron en una propuesta de compromiso lanzada a última hora de la tarde por la presidencia italiana, que decidió paralizar la negociación hasta hallar consenso. Dicha propuesta contenía cinco principios: adopción de medidas "creíbles y eficaces" para erradicar la enfermedad; necesidad de progresos en las mismas antes de decidir sobre el embargo; extender la solidaridad financiera prometida al Reino Unido también a los otros Estados miembros afectados por la crisis; abstención de los Gobiernos en tomar medidas unilaterales y medidas para frenar la caída de los precios.

Una enfermedad de vacas viejas

A partir de los 30 meses, las reses presentan mayores riesgos de padecer la Encefalopatía Espongiforme Bovina, según los científicos británicos que colaboran con el Ministerio de Agricultura, informa Isabel Ferrer. Tenida por una enfermedad de vacas adultas, hasta ahora sólo ha aparecido un caso en una ternera de 18 meses. "Aunque el periodo de incubación es largo, se cree que los ejemplares más jóvenes están a salvo", afirma el servicio telefónico de ayuda abierto por el departamento estos días. El mismo señala que la mayoría de los casos se ha producido en granjas lecheras. Desde el principio, no obstante, la leche ha sido considerada segura. Ésta no incluye la proteína señalada como culpable de la enfermedad.En cualquier caso, deshacerse, de las vacas afectadas por esta enfermedad no será fácil. El Reino Unido cuenta sólo con 9 plantas incineradoras para sacrificar e incinerar a esas 15.000 reses semanales que habrían propuesto sacrificar los británicos. Los ejemplares no pueden arder al aire libre y la carne prohibida deberá almacenarse primero en cámaras frigoríficas que se consideren seguras.

En este mismo sentido insistió ayer un experto británico en la enfermedad. El doctor Harash Narang, que trabajó en los laboratorios del Gobierno británico hasta 1992, considera grave la dificultad de deshacerse de los restos de las vacas, informa Efe. "Los cuerpos no pueden enterrarse y los crematorios no poseen la capacidad suficiente".

Pero a estas alturas, las incógnitas sobre la enfermedad son aún muchas. Un especialista en biología molecular, Charles Weissmann, publicaba ayer un artículo en Le Monde en el que aseguraba que los científicos no están en situación de decir si se ha de estar inquieto o no respecto a esta enfermedad. Este especialista se muestra "persuadido de que los agentes que infectan a los bovinos británicos son diferentes de los conocidos hasta ahora" y piensa que, en tanto se sepa algo más sobre la infección, lo que calcula para dentro de un año, lo mejor es seguir considerando que algunos casos de la enfermedad humana, casi siempre mortal, de Creutzfeldt-Jakob provienen de la enfermedad de las vacas.

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