La Fundacíón Miró de Palma abre su más importante exposición de esculturas del artista
72 piezas de varias colecciones y museos figuran en la exhibición 'Poesía en el espacio'
La Fundación Pilar y Joan Miró de Palma de Mallorca alberga desde hoy tres pequeños ejércitos de sus esculturas en bronce y otros materiales (72 piezas). La exposición, que permanecerá abierta durante dos meses y cuyo montaje ha costado 18 millones de pesetas -sufragados sin apenas ayudas exteriores-, es considerada por los directivos de la fundación la segunda exhibición de escultura mironiana más importante de las efectuadas en España, después de la exposición del Reina Sofía de Madrid de 1987. Los personajes de bronce, los monumentos y los poemas visuales están biografiados, pues se exponen bocetos y reflexiones previas sobre papel que el artista elaboró en los últimos 30 años de su vida.
Poesía en el espacio. Miró y la escultura es el título de la exposición, que ha sido ilustrada con una selección de fotografías originales de Francesc Catalá Roca sobre detalles del trabajo del creador catalán, fallecido en Palma en 1983. Los objetos hallados, las metáforas absurdas, la iconografía atávica e indígena, los restos de útiles domésticos o artesanía popular, que fueron luego monumentos, también forman parte de los bastidores para recordar el punto de partida de la compleja obra creativa.Joan Miró explicaba a Pierre Matisse en 1936 sus impresiones sobre el azar del hallazgo, la magia y la invención artística previa a la expresión escultórica: "Me siento atraído por una fuerza magnética hacia cada objeto, sin premeditación ( ... ), se produce un choque poético, pasando antes por este punzonazo plástico, físico, que provoca que la poesía realmente te conmueva y sin el cual no sería eficaz".
La selección realizada cuenta con aportaciones de los fondos de las fundaciones Miró de Palma y Barcelona, de la Fundación Maegth de Saint Paul de Vence (Francia) -"Ias tres fundaciones hermanas", dijo ayer el director de Palma, Pablo Rico-, galerías y colecciones privadas (Maeght de París y Beyeler de Basilea).
Sesenta y siete obras están hechas en fundición de bronce, dos son obras objeto y hay. también dos terracotas -modeladas personalmente por Joan Miró- una cerámica y un gran tapiz expuesto en París. La técnica habitual que el artista usaba para sus esculturas consistía en montar sus hallazgos, personajes absurdos o recreaciones por acumulación de piezas originales. Posteriormente sacaba del conjunto el primer molde de escayola para crear con él la primera escultura.
La obra aparecía finalmente en la fundición, en los hornos de bronce. Allí se hacía un tercer molde de escayola y se rellenaba de cera que se evaporaba al verterse el bronce líquido. Las pátinas y los perfiles, el tacto de las obras en tres dimensiones, eran cuidados hasta extremos insólitos.
William Jeffet, un investigador estadounidense que ha sido becado por la fundación Miró de Palma, es el comisario de la exposición. Ha trabajado dos años, según explicó, "para conectar la obra escultórica con los fondos de dibujos de Palma y para ver la relación con los objetos encontrados y los útiles populares, y determinar la transición, la metamorfosis, de lo ordinario en escultura".
El Joan Miró amante de la poesía se transformó en su madurez en poeta en tres dimensiones. Según el análisis de Jeffet, frente a la escultura en relieve y la obra de soldadura de Picasso, Miró pretendía evitar Ia calidad escultórica" e iba en búsqueda de "la naturaleza, el collage, un mundo fantasmal de monstruos vivientes y del destello mágico de la pura creatividad".
Joan Miró deseaba hacer con la escultura "algo mágico y sagrado" y tenía la voluntad de "superar la plástica para alcanzar la poesía". El análisis de sus notas de agenda, apuntes en los cuadernos de trabajo y trazos urgentes recogidos a vuela pluma en plena lectura del periódico -como los que se ven en los márgenes de un viejo Telexprés- evidencian que todo era minucioso y reflexivo.
Miró y la escultura sirve de presentación de siete obras de pequeño y medio tamaño cuya fundición ha sido patrocinada por el Ministerio de Cultura con 25 millones de pesetas. Los herederos de Miró han cedido sus derechos para la nueva fundición. En la fundición de esculturas se consideran originales hasta siete copias de un mismo molde.
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