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EL FUTURO DE EUROPA

La delicada posición del Reino Unido

La delegación británica, presidida por el primer ministro, John Major, llega hoy a Turín con un talante inusualmente conciliador. La crisis de las vacas locas y la promesa de la Comisión Europea de correr con parte de los gastos compensatorios que exigirá la erradicación de la epidemia es una buena razón para el eurooptimismo.Fuentes del Foreign Office destacaban ayer que Major no suscitará el tema de la encefalopatía bovina de forma específica. "Seguramente, la cuestión saldrá a relucir en un momento o en otro, durante el discurso del primer ministro ante sus homólogos, pero el Gobierno es partidario de manejar la crisis directamente con la Comisión Europea", señaló ayer un portavoz de Exteriores.

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La crisis bovina ha oscurecido en parte el debate previo a la CIG. El tono manejado por los diplomáticos británicos se ha vuelto más moderado y la posición del Reino Unido más constructiva, por así decirlo, hacia el proyecto europeo. Después de todo, el espinoso tema de la moneda única no está en la agenda oficial de la conferencia, lo cual elimina una importante fuente de discrepancias, insisten los mismos diplomáticos.

Pese al intento de los sectores más recalcitrantes del Partido Conservador de desviar hacia Bruselas las responsabilidades por la catástrofe sufrida por, la industria cárnica nacional, la impresión general es que, siquiera por una vez, el Reino Unido ha vivido pendiente de la Unión Europea, ansioso de encontrar comprensión y ayuda de sus socios comunitarios.

Bajar el tono crítico

Algunos periódicos han aprovechado la ocasión para resaltar la importancia real de Bruselas frente a la fragilidad demostrada por el Gobierno británico. En este contexto, lo más probable es que el Reino Unido baje un poco el tono crítico en esta conferencia y atenúe sus invectivas contra la política pesquera común o el Tribunal Europeo. En una entrevista ante las cámaras de la televisión pública británica, la comisaría de Pesca, Emma Bonino, negó rotundamente que la UE vaya a sacar ventaja de la crisis de las vacas locas presionando al Reino, Unido para que abandone su defensa del derecho al veto. Bonino aprovechó, eso sí, para predicar solidaridad con el ejemplo.Los británicos no podrán mirar ya al continente con los mismos ojos ni la opinión pública será tan susceptible de ser zarandeada por la demagogia euroescéptica. Al menos en una primera etapa, las sentencias de los tribunales de Luxemburgo o de Estrasburgo dejarán de ser acogidas como un caso de intrusión en nuestros asuntos".

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