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Un agente infeccioso que desafía los dogmas de la biología

Incógnitas, dudas, importantes descubrimientos, difíciles experimentos pendientes e hipótesis casi heréticas para la Biología inundan las investigaciones acerca del agente patógeno de las encefalopatías espongiformes, como la enfermedad de las vacas locas que ha levantado el pánico en el Reino Unido y en toda Europa hace pocos días. De momento, y mientras no se demuestre un contagio interespecies que amenazaría a miles de personas, estas patologías son casi curiosidades médicas, tan baja es su incidencia en la población humana. Pero su interés biológico no ha hecho sino aumentar en los últimos años, dado su caracter infeccioso y hereditario, que las convierten en caso único.Ni bacterias, ni virus, ni hongos, ni ninguno de los patógenos clásicos de las enfermedades infecciosas parecen estar detrás de estas enfermedades que afectan a numerosos mamíferos, sino un insólito agente denominado prión con un complejo mecanismo de actuación.

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"Los priones son un tipo de agentes infecciosos sin precedentes, compuestos únicamente de proteínas de mamífero", explica Stanley Prusiner, neurólogo de la Universidad de California, quien propuso este término para una forma alterada de una proteína animal que podría explicar los complicados casos de contagio y herencia de enfermedades como el scrapie de las ovejas, o el síndrome de Creutzfeld-Jacob (CJD) y el kuru en humanos.

El que una proteína, carente de material genético, fuera capaz de transmitir una enfermedad era, hace 15 años, una noción herética en la biología. Sin embargo, poco a poco, la evidencia científica ha inclinado la balanza hacia. los priones. Se conoce el scraple de las ovejas desde hace siglos, el CJD desde los años veinte, otras cuatro enfermedades similares en humanos y varias en ratones, visones, alces, vacas... Todas se caracterizan por una pérdida del control motor del organismo y demencia que acaban en muerte; a menudo se presentan parálisis y un insomnio intratable. En el cerebro de los individuos afectados se aprecian auténticos agujeros.

Dichas lesiones se deben a los priones, que no son eliminados por el organismo, crean depósitos y matan a las neuronas. Los priones son versiones erróneas de unas proteínas celulares normales producidas por el organismo a partir de la información de un gen que ha sido identificado. Y la diferencia entre una proteína normal y un prión reside en su configuración tridimensional, es decir, en la forma en que se pliega.

Mutación y contagio

¿Cómo se llega a esta situación? Una mutación en el gen da instrucciones incorrectas (lo que explica la transmisión hereditaria de estas enfermedades con pautas mendelianas) y las proteínas defectuosas resultantes, los priones, "actúan como agente infeccioso que inicia un proceso en cascada cambiando la forma de las proteínas normales", explica Prusiner. A la larga, los priones dominan en el organismo y la enfermedad se hace manifiesta. Se ha constatado la infección de personas con kuru y CJD por la ingestión de tejidos infectados o su inoculación en prácticas médicas, respectivamente.

Al margen de la transmisión por contagio, se han constado significativos casos de componentes puramente hereditarios en algunas de estas enfermedades. Se sabe hoy que alrededor del 10% de las enfermedades humanas causadas por priones presentan un patrón genético, por el que la mitad de los miembros de las familias afectadas padecen la dolencia.

En cualquier caso, todas estas enfermedades tardan mucho en desarrollarse lo que motivó que durante años se recurriera a los llamados virus lentos para explicar el agente infeccioso. Sin embargo las técnicas habituales para desvelar la presencia de material genético, sobre todo la irradiación de muestras que destruye el ácido nucleico, no ha dado resultado.

"Aunque en este momento la hipótesis mas probable es que el prion sea una proteína pequeña, sin ácido nucleico, no se puede excluir todavía de forma absoluta que un virus este detrás, porque el agente es sensible, aunque muy poco, a las radiaciones ionizantes", advierte el virólogo Luis Enjuanes, investigador del Centro Nacional de Biotecnología.

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