Unas majas de dudosa mirada

El pasado otoño, el Metropolitan Museum de Nueva York sacó por primera vez su colección completa de cuadros de Goya para colgarlos en una amplia exposición. Su objetivo: "revelar la fuerza y la debilidad" de la propia colección, que consta de más de 350 trabajos. Uno de los principales atractivos de la muestra fue la sala dedicada por el Metropolitan a comparar la versión auténtica de Majas en el balcón con una copia que ese museo adquirió a principos de siglo y que ahora es casi unánimemente reconocida como falsa.El Metropolitan es poco menos que la sucursal oficial de Francisco de Goya en Estados Unidos, un museo fascinado por el pintor español. Con motivo de esta reciente exposición, su director, Philipe de Montebello, lo definió con los adjetivos "genio, loco, monárquico, radical". Tras la muerte de Francisco de Goya, su hijo Javier había puesto a la venta tres de sus cuadros de prostitutas (Majas en el balcón, Maja y Celestina y Tiempo, también conocido como Las ancianas), que pronto empezaron a ser copiados por otros artistas y estudiantes.

Una de estas copias, la de Majas en el balcón, posiblemente obra del propio Javier, se exhibió en Madrid entre 1840 y 1860. El marchante parisiense Durand-Ruel compró el original en 1904 y siete años después se hizo con la copia, supuestamente la que adquirió luego el Metropolitan Museum de Nueva York. Existe una controversia sobre si, el cuadro que adquirió el Metropolitan era una imitación o no, pues cuando llegó a su colección se encontraba en pésimo estado (el original se encuentra en poder de un coleccionista europeo). El grupo minoritario de expertos que cree que el cuadro del Metropolitan es auténtico, como Hubert Von Sonenberg, apenas cuenta con un argumento para defender tal postura: que después del efecto de las restauraciones a que ha sido sometido es imposible decir definitivamente que no es de Goya.

Entre los que creen que es falso, grupo en que se encuentra, por ejemplo, el experto en arte del siglo XIX Gary Tinterow, se dice sobre todo que una mirada delata a las majas del Metropolitan: "el autor de este cuadro no supo entender el intercambio de complicidad entre las majas que tiene lugar en el original", según se explicaba en el catálogo. Otros datos apuntaban a que se trataba de una copia: el color de la piel y la textura de la ropa que llevan las protagonistas no corresponden a ninguna época conocida de Goya. Además, se nota que el balcón donde están asomadas fue pintado antes que los cuerpos de las majas, encajados después torpemente según las rectas de la verja. Esto se considera un dato técnico característico de las imitaciones. El Goya del Metropolitan se exhibe ahora con la anotación "atribuido a Goya", que, según las normas de estilo de ese museo, no significa que lo consideren hecho por Goya, sino que existen dudas al respecto. Tinterow, prefiere hablar de él como "una variación" en vez de una copia.