Hay que "limpiar" a Francisco de Goya
Los expertos cifran entre 70 y 150 las obras falsamente atribuidas hasta ahora al pintor aragonés
Entre los expertos era un secreto a voces; tanto, que ya no era ningún secreto. El mundo está lleno de falsos goyas y algunos de ellos cuelgan de las paredes de importantes museos. Del último catálogo de la obra de Francisco de Goya y Lucientes (Fuendetodos, 1746-Burdeos, 1828), de José Luis Morales y Marín, se caen 70 cuadros, y aunque entre los especialistas hay discrepancias e incluso descalificaciones globales, son sobre la selección: no hay sorpresa sobre la cantidad. Juliet Wilson, comisarla de la exposición El capricho y la invención, cifra en al menos 150 las piezas que "deberían ser estudiadas". Mucho está en juego: dinero, prestigio, orgullo académico... El Metropolitan de Nueva York ha roto el tabú descatalogando sus Majas en el balcón.
La necesidad de una limpieza es reconocida por todos los expertos, pero la oportunidad que brindaba la conmemoración del 250º aniversario del nacimiento del pintor se ha perdido. Produce desconcierto comprobar que la obra de uno de los grandes genios de la pintura, que vivió hasta bien entrado el siglo pasado -con la cercanía que esto representa-, se haya contaminado de tal manera, pero todo parece indicar que el proceso se inició casi en vida del pintor y la industria creció a lo largo del siglo pasado. La clave, aseguran los expertos, hay que buscarla en el desconocimiento de la pintura española tanto del siglo XVIII como del XIX, oscurecida por la enorme sombra del artista aragonés.Alfonso Pérez Sánchez, ex director del Museo del Prado, advierte ante todo que "el mundo está lleno de seudoexpertos", poniendo en evidencia las muchas suspicacias que genera esta cuestión, especialmente entre la reducida tribu de los grandes expertos. Pero lo reconoce. 'Estarnos de acuerdo todos los que trabajamos con cierta independencia en la necesidad de hacer una catalogación de Goya pero ahora se ha desaprovechado la oportunidad", y asegura que ya se había empezado a hacer, "pero fue frenado"
En su opinión, hay que repasar los 20 o 30 años posteriores a su muerte, ya que es a mediados del siglo XIX cuando surgen la mayoría de las falsificaciones. "Hay un montón de pintores del XIX que imitaron a Goya y que podían ser extraordinariamente virtuosos. Pueden surgir dudas en cualquier lugar".
Para Pérez Sánchez, el Prado debería encargarse de este trabajo. "Es algo que entra en las obligaciones de los grandes museos, aunque, naturalmente, habría que contar con gente de todo tipo, pero debería ser el Prado quien lo dirigiera". Y sugiere a la actual subdirectora, Manuela Mena, como la más dotada para encabezar el proyecto, que debería dirigirse desde un núcleo pequeño y compacto que tenga total independencia, "que no tenga que rendir cuentas al mercado, que es donde está el problema; por eso sólo los museos lo pueden hacer, porque los museos pueden ser compradores, pero no vendedores". "Como decía Napoléon", razoná Pérez Sánchez, "si no se quiere sacar algo adelante lo mejor es nombrar una gran comisión.
Muchas obras dudosas
Juliet Wilson no tiene ningún reparo en admitir que más de 150 obras atribuidas a Francisco de Goya "necesitan ser investigadas".-Y cita las Majas en el balcón, del Metropolitan Museum de Nueva York, y apunta que, curiosamente, estaba catalogado en la colección del infante Sebastián en 1835, "lo que indica que el problema con los goyas empieza prácticamente en vida del propio Goya. Puede haber cientos de goyas falsos. En el inventarlo de 1830 de la colección de Serafin García de la Huerta se cita una serie de cuadros de Leonardo Alenza como "copias de Goya", "imitando a Goya" o "en el estiló de Goya". Porque para Wilson "no hay goyas malos". "Durante mucho tiempo", explica, "nos hemos tragado todo. Se dice que Goya es un gran pintor, pero muy desigual, y no es cierto: Goya es siempre genial y extremadamente igual. Es un genio, no puede pintar malos cuadros".Wilson, como Pérez Sánchez, cree en "un pequeño equipo, reducido y técnicamente muy bueno. Deben estar los mejores, pero al tiempo deben estar abiertos a trabajar con todos los especialistas y a aplicar criterios de colaboración". Pero discrepa en que se centre en el Museo del Prado. "Tiene que ser gente completamente independiente". La fórmula que propone consiste en "definir por qué los goyas indiscutibles lo son, ¿qué es lo que los hace ser goyas y una vez establecido este criterio, aplicarlo. Entre las técnicas a aplicar, además dé la documental, considera imprescindible la aplicación de rayos X, el análisis de pigmentos un profundo análisis de las técnicas del pintor, "cómo manejaba la pintura, porque era un pintor extraordinario y tenía un lenguaje muy identificable- Todo esto hay que introducirlo en un procesador de datos".
"Cuando hay una demanda en el mercado aparece siempre la oferta", explica. "Es curioso lo que sucedió con la Operación Rembrandt: los expertos buscaban falsificaciones recientes, y cuál fue su sorpresa cuando se encontraron que la mayoría eran de la misma época del pintor. Hay que buscar en sus propios contemporáneos. Por ejemplo, su discípulo Esteve, que trabajaba en su taller, hacía copias. Hay cartas de Goya a clientes indicándoles que 'su copia está casi lista'. Esta es una de las razones por las que es necesario hacer también un catálogo de Esteve. Muchos retratos son de Ascensio Julia y no hay documentos. Los lucas son más fáciles de detectar, pero no tanto los de Alenza, que copiaba ya en 1830 y que es un pintor muy virtuoso, de una. gran técnica, cuya producción propia son pastiches, pero que cuando hacía un goya podía hacerlo pasar por tal. En definitiva, hay que revisar el siglo XIX. Lo del maella es sintomático, revela que nadie ha mirado a toda la cantidad de artistas contemporáneos de Goya que estaban a su alrededor, con los que tenía que competir en intrigas palaciegas y en el mercado para hacerse con un trabajo. Goya los conocía a todos".
Expertos menos radicales
Otros expertos son menos radicales. José Milicua, miembro del Patronato del Museo del Prado, cree que Goya está bastante catalogado. "Es posible que haya algunos falsos, pero no creo que se encuentren en los grandes museos, sino en las colecciones particulares".En términos parecidos se manifiesta el crítico e historiador Valeriano Bozal, aunque reconoce que es necesario hacer un nuevo catálogo razonado que utilice las nuevas técnicas de investigación. Para Valeriano Bozal, el problema en torno a la obra de Goya hay que buscarlo en la cabeza y la cola, en el periodo de juventud, en el que trabajaba de manera distinta, y que no está muy documentada, y en el periodo final. El problema, piensa, es que en España "funciona todavía la expertización individual, y hay que acabar con esto".
Juan Luna, comisario de la exposición sobre Goya que se inaugurará en el Prado a finales de mes, reconoce que el de los falsos goyas es un problema peliagudo, y que una atribución, de serlo o no, "cambia muchas cosas", especialmente en términos económicos.
A Luna le recuerda lo que sucedió con El Greco, "que tenía una inflación de cuadros gigantesca. Todo lo que tenía las manos alargadas se le atribuía". Y se plantea también lo que sucede cuando una gran obra deja de atribuirse a un gran pintor. "¿De quién es entonces?"
Babelia
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