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NUEVO MAPA POLÍTICO

González reclama a Aznar que se esfuerce para conseguir formar Gobierno

Los socialistas siguen dando vueltas a sus mismas palabras desde la noche del 3 de marzo, jornada electoral en la que el PP se alzó con la victoria. El Comité Federal del PSOE, en su primera reunión como partido derrotado, escuchó ayer a Felipe González reconocer que "la situación política es muy fluida y resulta difícil predecir qué va a suceder". Según él, "lo razonable" es que José María Aznar forme Gobierno y aunque "hay otras posibilidades", no considera adecuado pensar en ellas, dado que todos los esfuerzos del PP deben volcarse en conseguir la jefatura del Gabinete.

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Los miembros del Comité Federal se felicitaron por los resultados (141 diputados) y llamaron la atención sobre el hecho de que González haya sido su candidato y que la defensa de los valores de la izquierda centrara el discurso de la campaña socialista. El máximo órgano del PSOE entre congresos aprobó una declaración en la que culpa al PP, por su comportamiento pasado con los nacionalistas, de las dificultades que ahora encuentra para formar Gobierno.En este Comité Federal no hubo mucho tiempo para hablar del futuro, ya que los socialistas no parecen ponerse en situación de primer partido de la oposición por la falta, de momento, de un Gobierno del Partido Popular. Por tanto, los casi 200 miembros del Comité Federal se dedicaron, sobre todo, a analizar los resultados electorales, a felicitarse muchísimo, a criticar a Izquierda Unida y a lanzar llamamientos internos a la unidad.

El secretario general del PSOE, Felipe González, reconoció ante los suyos, su dificultad "para predecir lo que va a suceder". Se movió en el terreno de los deseos, centrados en que el Partido Popular forme Gobierno. "Hay otras posibilidades, pero no creo que haya otra forma razonable que no sea la de un Ejecutivo constituido en tomo al PP". A primera hora de la noche, el secretario de Organización, Cipriá Ciscar, repitió la misma tesis y aseguró que el PSOE en este momento "no iba a valorar otras hipótesis aunque las haya?'. Nadie especificaba de qué otras posibilidades se puede hablar. Por supuesto, tampoco ningún dirigente socialista repitió en voz alta las alusiones del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, a un hipotético Gobierno de gestión.

El líder socialista adelantó que los datos que posee le hacen concluir que la negociación será muy larga, al tiempo que precisó que nada se pone en juego, puesto que no hay plazo oficial para que se celebre la sesión de investidura del nuevo presidente del Gobierno. Entre las intervenciones más destacadas sobre la gobernabilidad de España estuvo la del ministro de Obras Públicas, José Borrell, quien directamente pidió a Jordi Pujol que afronte la situación y asuma su responsabilidad, ya que en este país ha habido elecciones porque él las ha provocado. Borrell recordó a sus compañeros que CiU les dejó caer como Gobierno y desencadenó la convocatoria anticipada de elecciones. "¿Qué pensaba Pujol que iba a pasar?", se preguntó retóricamente Borrell.

Tanto este ministro en funciones como otros miembros del Comité Federal llamaron la atención sobre su oposición rotunda a cualquier política que lleve consigo la fractura de la cohesión territorial y social. De las diversas intervenciones se extrae como conclusión el interés casi obsesivo de los socialistas por dejar claro que sus señas de identidad pasan por la citada cohesión y por la defensa del Estado de bienestar.

González mostró su "inmensa gratitud" hacia los más de nueve millones de votantes del PSOE y citó expresamente a los jóvenes, a los ancianos, a los sindicalistas e intelectuales.

El vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, llamó la atención acerca de que la suma porcentual de los votos del PSOE y de Izquierda Unida es igual a la que ambas fuerzas obtuvieron en 1993, si bien ahora, también entre las dos, tienen 15 escaños menos. González relacionó la victoria del PP con la división del voto de izquierdas.

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