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NUEVO MAPA POLÍTICO

El Gobierno advierte a Aznar que el desarrollo autonómico tiene un límite

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno en funciones no quiere interferir en el proceso negociador entre José María Aznar y los nacionalistas, pero tampoco va a mirar al otro lado. Ayer, al finalizar el Consejo de Ministros, el titular de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, lanzó una advertencia a Aznar para que no se exceda en las concesiones: el desarrollo autonómico tiene unos límites que marca la Constitución. Lo que en estos momentos son sólo propuestas de negociación en materia autonómica entre el PP y los nacionalistas se apunta en el horizonte como un posible punto de confrontación entre la futura oposición socialista y la hipotética nueva mayoría.

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El Gobierno socialista en funciones sigue con interés y alguna perplejidad los primeros escarceos negociadores del PP con los nacionalistas. Los socialistas conocen algunas de las propuestas que los populares han puesto sobre la mesa para poder constituirse en Gobierno estable. Entre ellas, el incremento del 15% al 30% en la cesión del IRPF a las comunidades autónomas, la policía integral para Cataluña, la revisión de la figura de los gobernadores civiles y la reforma de la Ley de Costas.Algunas de estas iniciativas, reivindicadas también por Convergència i Unió durante su etapa de colaboración con el Gobierno socialista, fueron desestimadas por Felipe González por entender que sobrepasaban los límites del desarrollo autonómico que marca la Constitución. "En 1993 se plantearon cosas que el Gobierno socialista no pudo solucionar y otras que no quiso resolver por no considerarlas razonables", admitió ayer Pérez Rubalcaba.

Pese a esta advertencia, Rubalcaba no quiso hacer un pronunciamiento concreto sobre el apartado autonómico de las actuales negociaciones entre el partido de Aznar y los partidos nacionalistas, a la espera de conocer el resultado final de ellas. "Quiero ser respetuoso y prudente para que no se interprete como una interferencia", señaló.

El ministro se limitó a suscribir las palabras del presidente del Gobierno en funciones, Felipe González, al finalizar su encuentro en La Moncloa con José María Aznar el martes pasado. "El Gobierno socialista mantuvo como límite del proceso de transferencias a las comunidades autónomas la cohesión territorial y por ello tuvo que decir no a las pretensiones de algunas de ellas", recordó el titular de la Presidencia.

El Gobierno socialista en funciones se ha limitado a lanzar una advertencia genérica, pero no pasará de ahí durante la negociación del PP con Jordi Pujol y Xabier Arzalluz. Felipe González ha establecido como criterio general para su partido la no intromisión. Teme como un nublado que pueda interpretarse que los socialistas bombardean las conversaciones para la formación del próximo Gobierno.

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Gobierno de Aznar

Ante todo quieren dejar claro que el nuevo Ejecutivo corresponde al PP como partido más votado y con mayor presencia parlamentaria, por lo que debe ser Aznar, y no ellos, el que asuma la responsabilidad ante un posible fracaso negociador que abocase en una nueva convocatoria electoral. Una hipótesis que no desean en ningún caso. "No sería ni deseable ni razonable" volvió a manifestar ayer Pérez Rubalcaba, como ya lo dijo Felipe González el pasado martes en La Moncloa tras su entrevista con José María Aznar.El ministro de la Presidencia en funciones volvió ayer a expresar el criterio del Gobierno sobre la situación política, tras la reunión que celebraron la víspera González y Pujol. La "única hipótesis" que maneja el Gabinete en funciones es que el nuevo Ejecutivo lo presida José María Aznar. Pérez Rubalcaba descartó cualquier otra, incluso un Gobierno de gestión encabezado por una persona distinta al líder del PP, posibilidad que se comentó en la última reunión de la. ejecutiva del PSOE como baza que se guardaría Jordi Pujol si no prosperase la investidura de Aznar. "La única hipótesis razonable en este momento es que el señor Aznar sepa y pueda llevar a cabo los mismos acuerdos que nosotros en 1993 y conseguir la formación de un Gobierno estable".

El ministro de la Presidencia cree también, como lo indicaron la víspera González y Pujol, que el proceso negociador que ha iniciado José María Aznar para constituir un Gobierno estable va para largo, y se comprometió, en nombre del Ejecutivo socialista, a no interferir en él. "No pondremos chinas en el camino". Contrapuso, incluso, la diferente actitud del PP, muy dura, cuando en 1993 los socialistas llegaron a formar un Gobierno con el apoyo de los nacionalistas.

El traspaso de poderes entre el Gobierno en funciones y el partido ganador de la elecciones permanece congelado hasta que Aznar pueda perfilar la composición del nuevo Ejecutivo. El actual Gobierno en funciones no puede adoptar decisiones legislativas y su único objetivo es garantizar la continuidad de la gestión de los ministerios, como la no paralización de las inversiones.

Las decisiones políticas las consulta Alfredo Pérez Rubalcaba con el secretario general del PP, Francisco Álvarez Cascos.

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