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Flix, un recuerdo para la prevención

Conseguir que no haya ningún riesgo de accidente es una meta inalcanzable, pero escapes como el de Flix deberían servir para reforzar las medidas preventivas. Ocurrió casi en silencio, cuando la población dormía confiada... una nube de cloro se paseó sobre ellos. También en silencio se pusieron en marcha las actividades previstas en el Plan de Emergencia (PLASEQTA), consiguiendo felizmente que la gravedad del accidente fuera debidamente controlada y los afectados se redujeran a unos pocos. El accidente ocurrió en una industria química de Flix (Tarragona), el sábado 20 de enero por la noche.Deben ser felicitados todos aquellos que han hecho posible la concepción y la buena aplicación del Plan de Emergencia: autoridades civiles, autoridades reguladoras, industrias, técnicos y público en general. Ellos son los que han sido capaces de prever la ocurrencia del accidente y definir y poner en práctica las medidas oportunas para que sus consecuencias no supongan daños sociales y medioambientales indebidos.

Pero el comentario no debe acabar en la satisfacción de que han funcionado adecuadamente las medidas mitigativas que suceden de manera inmediata a la ocurrencia de un accidente. Por el contrario, éste debe ser el punto de partida para una reflexión sobre la Seguridad industrial.

¿Están los ciudadanos que viven lo suficientemente próximos a centros industriales irrevocablemente expuestos a sufrir consecuencias derivadas de un accidente? Los accidentes ¿no se pueden evitar? Parecen preguntas suficientemente razonables y, de hecho, los expertos se las plantean como pilar básico de la seguridad de las instalaciones industriales. Así se ha desarrollado todo un conjunto de técnicas, metodologías y herramientas que se utilizan en las medidas de prevención de la seguridad de las industrias.

Cada vez que sucede un accidente, aunque las medidas mitigativas (Plan de Emergencia) hayan sido adecuadas, el mero hecho de su ocurrencia supone un recordatorio dirigido a la necesidad de reforzar la seguridad de las plantas industriales desde los aspectos de prevención. Es preciso hacer énfasis en la aplicación de las metodologías y herramientas propias que llevan a un buen mantenimiento de la planta y a la formación adecuada de los operadores, dentro de lo que se ha dado en llamar "cultura de la seguridad" de la empresa, así como llevar a cabo análisis de la experiencia operativa de la planta para encontrar la verdadera causa de por qué se produjeron los incidentes operativos y, de esta manera, evitar que se puedan desencadenar, por descuido y falta de prevención, secuencias accidentales.

El nivel de seguridad de la planta es uno de los aspectos de una industria en los que todos están de acuerdo: la industria, la autoridad y el público. Lo están porque un buen nivel de seguridad es bueno para todos, aunque suponga unos esfuerzos económicos pequeños, por otra parte, frente a los beneficios de todo orden que se obtienen.

Algunos de estos beneficios van, desde luego, a la propia empresa. Efectivamente la planta segura es también la que gasta su presupuesto de seguridad racionalmente y para mejorar invierte justamente en aquellos puntos de sus sistemas, equipos y componentes que son sensibles a disminuir el riesgo de la instalación, la que contempla exhaustivamente los temas relativos a la contribución humana al fallo, y la que sabe transmitir al público que su nivel de seguridad es bueno. Calidad y seguridad son inseparables.

El nivel de seguridad de las plantas industriales es también un reflejo del nivel tecnológico del país en el que se explotan, y los países tecnológicamente más desarrollados dedican fondos públicos a su seguridad industrial en la triple vertiente de incentivar a la industria, dotar a la autoridad reguladora y definir planes de I + D que permitan desarrollar metodologías y herramientas de seguridad, cada vez más innovadoras, y adecuadas a sus propias industrias. En este último aspecto la inclusión de un objetivo referido al análisis de riesgos en la línea de investigación en procesos químicos del nuevo Plan Nacional de I + D español, aunque insuficiente, permite confiar en un cambio de tendencia.

Hacer que la probabilidad de ocurrencia de un accidente sea cero es una meta inalcanzable, pero se puede tender a ella potenciando las medidas de prevención. Igualmente, una vez ocurrido el accidente es indispensable exigir que se realice un análisis tan profundo y exhaustivo como sea necesario, para determinar cuál o cuáles han sido las causas verdaderas y proceder a subsanarlas, de manera que las lecciones aprendidas del accidente sirvan para evitarlo en el futuro, no sólo en la industria que lo ha sufrido sino en todo su ámbito de aplicación.

Ojalá que este nuevo accidente traiga una mayor implicación, con su correspondiente reflejo presupuestario, del Gobierno en la seguridad industrial, y también que en el plazo razonable para llevar a cabo una investigación de este tipo se presenten los resultados y las soluciones adoptadas con la transparencia que el caso requiere. Esta será la mejor manera de trabajar por y para la seguridad de los ciudadanos y del medio ambiente.Rosario Sola es responsable de la Dirección de Seguridad Industrial del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (CIEMAT).

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