Los empresarios creen que la nueva ley disuadirá la inversión española

Esperar y ver. Esta es la actitud predominante en el mundo empresarial español relacionado con Cuba ante la aprobación por el Congreso de EE UU de la ley Helms-Burton que prevé sanciones para las compañías de terceros países que "trafiquen" en la isla con propiedades confiscadas por el Gobierno de Castro a ciudadanos norteamericanos o que hayan adquirido esa nacionalidad.Javier Crespo, portavoz del grupo hotelero Sol; que gestiona seis hoteles en la isla, asegura que "hay que dejar el análisis de las consecuencias para dentro de un tiempo". "Por ahora seguimos adelante con nuestros planes". Juan Arenas, copresidente del Comité de Cooperación Empresarial Hispano-Cubano, le da la razón: "Tendrá que transcurrir un tiempo antes de que sepamos en qué medida se aplica".

La prudencia de sus pronunciamientos obedece a dos razones. Primero no está claro que muchos norteamericanos que presenten demandas ante los tribunales de su país contra las empresas extranjeras que "trafican" con sus bienes expropriados en Cuba tengan aún algún título de propiedad. La ley, que debería entrar en vigor el 1 de agosto, deja, además un amplio margen al presidente de EE UU, Bill Clinton, para suspender la sanción contra la empresa invocando el interés nacional.

Aunque es pronto para prever las repercusiones, un alto cargo del Ministerio de Exteriores español recalca que la iniciativa legislativa "va, por de pronto, a crear un clima disuasivo para la inversión extranjera". Los empresarios consultados comparten este enfoque.

Carlos Montaner, presidente de la Unión Liberal, un grupo de oposición al castrismo, recuerda la inversión de Argentaria en la Lonja del Comercio en La Habana o su plan de financiar la rehabilitación de edificios para convertirlos en Paradores como las típicas operaciones que la ley Helm-sBurton puede abortar.Sector turístico

Aunque la amenaza de una sanción frustre algunas operaciones, Arenas señala que España "no será el más perjudicado porque no es en volumen el principal inversor extranjero" en Ia isla -Canadá encabeza la clasificación pero sí, acaso, el más vistoso porque se concentra en -el sector turístico, que ha creado muchos puestos de trabajo. El 28% de las 650 empresas extranjeras registradas en La Habana son españolas.

Desde 1990 la inversión autorizada por la dirección general de transacciones exteriores asciende a 3.350 millones de pesetas, lo que no significa que se haya ejecutado ni que otras empresas españolas no se hayan introducido en Cuba a través de sus filiales en Latinoamérica.