Agricultura arbitrará las denuncias cruzadas entre Codorníu y Freixenet
El ministro de Agricultura, Luis Atienza, y el director general de Política Alimentaria, José Puxeu, se reunieron ayer, por separado, con los responsables de los grupos Codorniú y Freixenet para intentar encontrar una solución a la guerra comercial entre ambas firmas, que pone en entredicho la propia calidad del cava y su prestigio internacional. El ministro pidió al Consejo Regulador -que se reunirá el día 21- que se inhiba en la investigación de las denuncias entre las dos firmas líderes del cava a favor del ministerio, que se convertirá en árbitro de la guerra del cava.
Luis Atienza propuso la necesidad de potenciar el actual Consejo Regulador del Cava con el fin de que el mismo tenga capacidad para llevar a cabo controles rigurosos sobre toda la producción. Atienza señaló la necesidad de poner al día toda la normativa comunitaria sobre el sector y exigir su cumplimiento. Una tercera propuesta fue el inicio de una campaña de promoción conjunta que limpie el nombre del cava. El ministro fue duro con los presidentes de los dos grupos, a los que conminó a "trabajar más y hablar menos".
El acercamiento conseguido por Atienza se basa en que el ministerio asuma la investigación de las denuncias que hay sobre la mesa y en nombrar a un director general del Consejo Regulador no ligado a los dos gigantes del cava. Codorníu exigía la dimisión de su presidente, Josep Lluis Bonet, que es director general de Freixenet, a lo que se oponía Josep Ferrer, el presidente de ese grupo. La solución aceptada por Codorníu ha sido el nombramiento de un independiente como director general.
Atienza confía en que tras la reunión de ayer se normalice rápidamente la situación. El Ministerio de Agricultura ha designado, por su parte, un instructor para seguir el actual expediente abierto para determinar responsabilidades de las acusaciones que Codorníu hizo, según las cuales ocho millones de botellas de cava Freixenet fueron puestas en el mercado sin el envejecimiento obligado de nueve meses.
Codorníu, con una facturación de 24.000 millones de pesetas, y Freixenet, con 34.500 millones, constituyen casi el 70% de la producción de cava en España y el 90% de la exportación.
Codorníu mantiene su política de productos de gama alta con precios a ese nivel.
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