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Fuerte alegato de Juppe y Kohl a favor de establecer la moneda única en 1999

Francia y Alemania, inasequibles al desaliento, se mantienen empeñadas en mantener el calendario fijado en el Tratado de Maastricht, 1 de enero de 1999, para llevar adelante la unión económica y monetaria (UEM) entre los países de la Unión Europea (UE) que cumplan los criterios de convergencia. Así lo manifestó ayer en Bonn el primer ministro francés, el gaullista Alain Juppé, tras entrevistarse con el canciller alemán, Helmut Kohl. Francia y Alemania, que recientemente lanzaron sendos planes de reactivación, unen sus esfuerzos para devolver optimismo y confianza al proyecto de unión monetaria.

Juppé compareció ante la prensa en Bonn fiel a la consigna "lo que no debe ser no puede ser" y no se apartó ni un milímetro del guión. El Gobierno alemán parece haber establecido que resulta políticamente incorrecto hablar de un aplazamiento de la unión monetaria u otro plan o calendario que se desvíe de los criterios fijados en el Tratado de Maastricht. "Nuestros objetivos están claros; no han cambiado", señaló. "La tercera fase de la unión monetaria empezará en 1999". Dicha fase supone la creación de una moneda común, llamada euro. Juppé se mantuvo fiel a esta máxima y no se permitió el menor coqueteo, ni siquiera cuando se le planteó la pregunta sugestiva de si Bonn y París no podrían iniciar por su cuenta una UEM particular, en el caso de que otros países no consiguieran cumplir con los criterios de Maastricht a tiempo. En la actualidad, de los Quince estados miembros sólo Luxemburgo cumple todas las condiciones para participar en la unión monetaria.Evitar el pesimismo

Tampoco mostró Juppé la menor comprensión para unas palabras del jefe del grupo parlamentario democristiano en el Bundestag y delfin de Kohl, Wolfgang Schaeuble (CDU), quien ayer aparecía en una entrevista del semanario Der Spiegel titulada "El mundo no se viene abajo", si no se logra la UEM. Juppé insistió una y otra vez en la necesidad de no esparcir pesimismo y pensar que no se van a cumplir los criterios de convergencia en varios países de la UE.

Para Alain Juppé, es un mal camino dudar del éxito de la empresa y aseguró que las políticas de Francia y Alemania se orientan a cumplir lo acordado en Maastricht, tanto en lo que respecta a los criterios como al calendario. Como elementos positivos, Juppé citó que en Francia la inflación es la más baja que se recuerda, lo mismo ocurre con los tipos de interés y también señaló que la balanza de pagos es muy favorable. Como elementos negativos, Juppé reconoció la caída del crecimiento y el aumento del paro. Sobre la reducción del déficit público en Francia, que se situó en el 5% del PIB en 1995, Juppé aseguró que éste quedará en el 4% en 1996 y que en 1997 bajará hasta el ansiado 3% exigido por Maastricht.

El primer ministro francés aseguró que las políticas económicas y sociales de ambos gobiernos están muy próximas. Señaló que el objetivo de ambos es reducir el déficit público, así como los costes de la Seguridad Social y la Sanidad, e incentivar la *negociación entre la patronal y los sindicatos. Ayer mismo, IG-Metall, el mayor sindicato alemán, convocó en Bonn a 45.000 personas para protestar contra los planes del Gobierno de reformar el sistema de jubilaciones anticipadas.

En relación con las palabras de Schaeuble (CDU), Juppé inwsistió en que no se debe emitir hacia la opinión pública un mensaje de duda o de escepticismo, sino de confianza y optimismo. En realidad, el dirigente democristiano tampoco afirmó nada que se aparte de la línea oficial. Schaeuble, que fue el político que hace año y medio dio nombre al documento sobre la Europa de dos velocidades, dice en su entrevista con Der Spiegel lo que ya se sabía: "Si se llegase a un conflicto entre el cumplimiento de los criterios de estabilidad y el calendario, nosotros nos pronunciaríamos más bien por un aplazamiento de la UEM, antes que por un relajamiento de los criterios". A la hora de precisar quiénes formarán parte de la UEM afirma: "Sin Francia no se hará, pero Francia y Alemania no son Europa y algunos otros estarán también. Sería bonito que participase el Reino Unido". Los alemanes y Schaeuble lo tienen claro: "Una moneda europea tiene que ser tan fuerte como el marco alemán"."No habrá recesión"

[Por su parte, los gobernadores de los bancos centrales del llamado G-10, aseguraron ayer en Basilea que no hay peligro de que la actual desaceleración económica que están registrando algunos países, especialmente Alemania y Francia, se convierta en una recesión. En nombre de sus colegas, el presidente del Bundesbank, Hans Tietmeyer, aseguró que la inflación está bajo control en la mayoría de los países].

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