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LA POLÉMICA UNIÓN DE DOS CIUDADES

Los grandes proyectos

Al desaparecer el muro, Berlín se encontró ante la situación insólita de disponer de grandes cantidades de terreno edificable, sobre todo en la antigua tierra de nadie por donde transcurría la siniestra frontera.En la Friedrichstrasse se construye ahora toda una calle de edificios comerciales, de oficinas y con el inevitable 20% dedicado a viviendas. Con esta exigencia, los planificadores de la ciudad tratan de evitar que, al construir centros comerciales y oficinas, se creen en Berlín zonas convertidas en una ciudad muerta tras el fin de la jornada. La votación en favor de la capitalidad de Berlín en la Alemania unificada atrajo sobre la ciudad un sinfín de edificios públicos en lo que será futura sede del Gobierno. En torno al antiguo edificio del Reichstag, renovado por el arquitecto Norman Foster -ahora acusado ante el canciller Kohl por el español Santiago Calatrava de haber plagiado parte de su proyecto, al incluir una cúpula que no estaba en los planos con los que el inglés ganó el concurso al español-, crecerán los edificios destinados al Parlamento federal (Bundestag), ministerios y, sobre todo, la Cancillería Federal. De hecho, se trata de levantar de la nada, salvo el legendario Reichstag, un barrio gubernamental. La nueva orderiación de la Alexanderplatz, centro de la vida en el antiguo Berlín Este, resulta un tema sensible, y más si a ello se une la polémica so bre el destino que se dará al antiguo Pala cio de la República, construido con todo esplendor en la desaparecida República Democrática Alemana. Para muchos ciudadanos del Este, los llamados Ossis, Alex y el Palacio constituyen auténticos símbolos de identidad. El tema resulta delicado y puede servir para incrementar los agravios entre el Este y el Oeste y a cimentar más el muro mental que todavía divide a Berlín.

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