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Misas y picadillo con aceitunas en el Festival de Cine de La Habana

La tercera jornada del XVII Festival de Cine Latinoamericano de La Habana fue una exaltación criolla de Fritz Lang, con misa, aleluyas y picadillo con aceitunas. El 7 de diciembre se conmemora la muerte del general mambí Antonio Maceo, y no hay fiestas, ni cine, ni cabarés en toda Cuba. Sin embargo, el presidente del Festival y miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Alfredo Guevara, preparó una celebración audaz y surrealista, que comenzó con una misa "oficial" ofrecida por el vicario de La Habana.

La tarde siguió con la proyección de Metrópoli, de Lang, en un cine donde dos pianistas interpretaron la partitura original de la película, y por la noche algunos invitados, como la actriz Marisa Paredes y el director de la Filmoteca, Chema Prado, se fueron a cenar a un "paladar" un menú de sopa de verduras y picadillo de la Habana.El día fue un buen resumen del popurrí que es Cuba durante el Festival. Los paladares o restaurantes privados hasta hace poco eran clandestinos y por primera vez se incluía, a petición de un miembro del Comite Central, la celebración de una misa católica en el programa oficial de un certamen como este, donde por cierto ya se han exhibido desde documentales sobre el travestismo en la isla, hasta críticas contra el estalinismo como Tierra y Libertad, de Ken Loach, pasando por un abanico de filmes latinoamericanos. En sólo cuatro días, miles de personas han pasado por las mas de 20 salas que ofrecen funciones diariamente -calculan los organizadores que este año se batiran todos los records de público, y que cerca de 50.000 personas asistirán al cine durante los diez días del certamen-, y ya hay apuestas.

Hasta la fecha, entre las preferidas por el público están Jonás y la ballena rosada, una cinta de de Juan Carlos Valdivia basada en un novela del psiquiatra boliviano Jose W. Montes, que obtuvo un premio de la institución cubana Casa de las Américas hace algunos años. Se trata de una coproducción entre Bolivia y México que habla, como la novela, del vacío existencial de una familia boliviana de la alta burguesía que entregaba su ocio provinciano a toda suerte de entuertos y despropósitos, pero ambientada en la Bolivia de 1984 en el contexto del narcotráfico, y cuenta con una cuidada fotografía de Henner Hofman y las actuaciones de Dino García y Maria Renee Prudencio.

México, que en los dos últimos festivales de La Habana ha obtenido varios premios, tiene oportunidades para conseguir un premio coral con El Callejón de los milagros, de Jorge Fons, basada en la novela del Premio Nobel egipcio Naguib Mahfus, en la que Fons cambia túnicas por tequilas y camellos por fichas de domino.

Las cubanas Pon tu pensamiento en mí y La Hora, óperas primas de los directores Arturo Sotto y Enrique Alvarez, no cuajaron en el público, como sí Guantanamera, de Tomas Gutierrea Alea, a pesar de que no deja de ser interesante que dos jóvenes. que no llegan a los 30 años hayan conseguido tejer con originalidad dos filmes bastante bien pensados y con tan pocos recursos.

El viernes a la medianoche con Marisa Paredes en la sala, se estrenó en el cine Charles Chaplin La Flor de mi secreto, de Pedro Almodóvar, preámbulo de la muestra de cine español que se inaugura hoy. La muestra de cine español, es, junto a la de cine asiático y el homenaje a María Luisa Bemberg, son los acontecimientos de este Festival, que por primera vez incluye misas "oficiales", picadillo con aceitunas y aleluyas en memoria de Simón Bolívar, Jose Martí y Fritz Lang.

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