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Dos directivos del Liceo, acusados de imprudencia por el incendio del teatro

El fuego causado por los trabajos de una soldadura redujo a cenizas el Gran Teatro del Liceo de Barcelona en enero de 1994. Según el fiscal del caso, el incendio se produjo por la "evidente dejadez" de los responsables del teatro, que poco hicieron para dotarlo de las necesarias medidas de seguridad. Pese a la acusación genérica, el fiscal limita las responsabilidades penales del hecho a dos miembros del cuadro directivo del teatro: Josep María Folch Pons, director técnico, y Konstance Müller, su asistente. A los dos, el fiscal les imputa un delito de imprudencia temeraria con resultado de incendio y por ello pide sendas penas de dos meses de arresto.

Fuera de la acusación del fiscal quedan 11 inculpados en el proceso, entre ellos el propio director general del Liceo, Josep Caminal, que podría acabar sentándose en el banquillo durante el juicio porque sí es inculpado por las acusaciones particulares. La última palabra la tendrá el juez instructor del Ocaso.

Caminal ha venido reiterando desde el inicio de la instrucción del caso por el incendio del Liceo hace un año y medio que si él o cualquier trabajador del teatro es juzgado presentará su dimisión.

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