Más de 20 países apoyan que el 23 de abril sea el Día Mundial del Libro
ENVIADO ESPECIAL
El presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y el director general de la Unesco, Federico Mayor Zaragoza, presentaron ayer conjuntamente el proyecto de resolución español a la asamblea general de este organismo de Naciones Unidas para que el 23 de abril de cada año sea declarado Día Mundial del Libro. Esta propuesta de resolución será sometida al plenario de la 28ª asamblea, reunida en París, los próximos días 14 y 15 de noviembre. La propuesta española ha sido secundada ya por Andorra, Argentina, Australia, Bolivia, Colombia, Cuba, Chile, Federación Rusa, Paraguay, Perú, Senegal y Venezuela. Otros 11 países, entre ellos Reino Unido, México y EEUU, han expresado su intención de adherirse cuando se reúna la comisión encargada de estudiar la propuesta.
Mayor Zaragoza recordó que la ONU o sus organismos especializados han declarado días para casi todo menos para el libro. Una laguna, dijo, que se trata ahora de cubrir. El director general de la Unesco desea que el acuerdo se tome por unanimidad de los 184 paises miembros.
La fecha elegida se justifica como en España, por coincidr ese día el aniversario del fallecimiento, en 1616, de Miguel de Cervantes y de William Shakepeare, y la Unesco ha añadido el aniversario del Inca Gárcilaso. Aunque no figura en el texto oficial, Pújol añadió ayer en nombre de Josep Pla, que murió también un 23 de abril, aunque de 1980. Para ganarse a los franceses, que ni apoyan la resolución ni han anunciado oficialmente que lo vayan a hacer. Pujol recordó que un 21 de abril también murió Racine. El Día del Libro se creó en Cataluña en 1923 y luego se extendió por toda España.
Financiación privada
Mayor Zaragoza preciso que cualquier actividad de envergadura derivada de esta propuesta debería contar con financiación extrapresupuestaria, procedente de la sociedad civil, o surgir de iniciativas nacionales o regionales de los Estados miembros. Sólo hizo una excepción con los países en vías de desarrolló, que sí recibirían ayuda financiera de este organismo para aprovechar este día mundial para fomentar en ellos la lectura y la edición libros. Pujol argumentó que una conmemoración de este tipo tiene consecuencias comerciales evidentes, por lo que la financiación pública no es imprescindible. En la conferencia de prensa convocada para informar de esta iniciativa estuvieron presentes en primera fila, los embajadores de España en Francia, Máximo Cajal, y ante la Unesco, Salvador Bermúdez de Castro, así como consejero de la Cultura de la Genralitat, Joan Guitart, aunque ninguno de ellos tomó la palbra. Pujol agradeció a los diplomáticos españoles la iniciativa del Gobierno ante este organismo internacional.
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