Una denominación en apogeo

El margen del río Duero, una vasta extensión de viñedo de 12.000 hectáreas, ha visto cómo en los últimos 13 años la denominación de origen a la que se ha otorgado este nombre ha crecido, tanto en el número de bodegas que ampara como en prestigio. La Ribera de Duero es la faja vitícola del Alto Duero (110 por 30 kilómetros), que está constituida por 60 municipios de las provincias de Burgos, 19 de Valladolid, seis de Soria y cuatro de Segovia. En 1995 ha recogido más de 21.000 millones de kilos de uva, de los que más de 18.400 corresponden a uva tinta y el resto a uva blanca; 515.000 kilos menos que en el 94 debido a las heladas de abril y mayo.El clima continental, extremo, con una temperatura media de 11 grados, unas temperaturas máximas de 40 grados y unas mínimas de 12 bajo cero, confieren a las viñas la savia necesaria para dar frutos equilibrados. La Uva Tinta del País, procedente del mismo tronco que la Tempranillo, es la variedad que otorga color, aroma y cuerpo a los recios tintos de la Ribera. Una cepa con excelentes cualidades de vinificación que es muy aceptable para elaboraciones monovarietales o mezclas con otras variedades que en su conjunto se realizan y con permiso de la denominación de origen, con uva Cabernet-Sauvignon, Merlot y Malvec, las tres de origen francés. También se usa para la elaboración uva tipo Garnacha y uva blanca del país o albillo.

Los caldos de la Ribera de Duero, entre los que están vinos de bodegas como la Dehesa de los Canónigos, Vega Sicilia, Alejandro Fernández Tinto-Pesquera, Bodegas Famoro, Hermanos Pérez Pascua, Protos, Santa Eulalia, Balbás o Pascual han mantenido un crecimiento continuado de ventas en los últimos años. La exportación aumentó un 57,5% en 1994.