Conflicto por un guión entre Bajo Ulloa y Pedro Costa
El guión sobre un matarife castrado ha desatado un conflicto entre el productor Pedro Costa y el director Juanma Bajo Ulloa. La película, cuyo título inicial era El marido castrado y que en una nueva versión del guión se llamó El manso, obtuvo en 1994 una subvención de 55 millones del Ministerio de Cultura, otorgada a la productora de Pedro Costa en un paquete por la misma cantidad para tres películas, que incluían otra que dirigiría Enrique Urbizu y una tercera el propio Costa. Hasta el momento no se ha rodado más que uno de los tres filmes, Una casa en las afueras, dirigido por Costa. Urbizu ha renunciado a dirigir la suya "por falta de tiempo", según el productor, "y posiblemente se hará con otro director".Bajo Ulloa convocó ayer a la prensa para comunicar que desde hace más de un año el proyecto de El manso se paró sin explicaciones. "Pedro Costa ha utilizado mi nombre para conseguir que le den las subvenciones, tanto de Cultura como una posterior de Euroimages, por 36 millones de pesetas", dijo. "Lo que quería Costa era rodar su filme y él solo no hubiera conseguido la subvención".
Costa, por su lado, alega que la subvención de Cultura se otorgó a la productora y que no necesitaba de esos nombres de directores para conseguirla. "El guión original, que presentamos a Cultura, fue escrito por Álvaro del Amo y Carlos Pérez Merinero", dice Costa. "Yo no conocía a Bajo Ulloa, sólo había visto sus películas y me gustaron mucho, por eso lo llamé para ésta. Como todo director, quiso hacer su propia versión del guión y cambió algunas cosas en los personajes, que no gustaron, del todo a los de TVE, con quien yo ya había negociado los derechos de antena. Cuando yo le hablé de estos problemas me dijo que había un solo guión y que él lo había registrado como suyo en Vitoria. Yo le llamé sinvergüenza y no hemos vuelto a hablar".
El argumento se basa en un hecho real de 1982, cuando un matarife castrado dio muerte a su mujer al descubrir que tenía un amante. Bajo Ulloa añade en su guión que el protagonista era un homosexual frustrado que decide autocastrarse para no admitir sus inclinaciones. Según el director, cualquiera puede hacer un guión basado en un hecho de dominio público, y el suyo es distinto del primero. Pero Costa ha recurrido a un juicio ajeno a ambas partes. "Existe un dictamen de la Sociedad General de Autores que indica que el segundo guión no podría haberse hecho sin basarse en el primero. Se repiten decorados, personajes y diálogos", afirma Costa. Las partes en conflicto no tienen ningún vínculo laboral, según Costa, pero la subvención no se podrá cobrar si Bajo Ulloa no renuncia a la dirección. Todo ha quedado en manos de los abogados. Costa ha contactado ya con Agustí Vilallonga, interesado en el proyecto.
Babelia
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