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Reportaje:

El 50% de los alumnos de la UE, incapaces de hablar otro idioma

La ampliación del estudio obligatorio no ha mejorado el parendizaje

España va subiendo en el escalafón de jóvenes con conocimiento de idiomas extranjeros. Se acabaron para los ibéricos aquellos tiempos en los que la mesa era mesé o la silla sillé, en francés. Lejano pasado aquel en el que no se salía del my tailor is rich o del my cat is under the table. Nuestro país se ha convertido en el tercero de los Doce de la UE en número de alumnos que estudian inglés en las aulas de secundaria, después de los Países Bajos y de Alemania, y al mismo nivel que Dinamarca. El 92% de nuestros estudiantes de medias se han decantado por este idioma en el curso 1991/92 como figura en los datos-recogidos (entre los Doce, en el momento de realizarse el estudio, Suecia, Finlandia y Austria no habían ingresado en la UE) por la encuesta Eurobaromètre de la Comisión Europea, Les chiffres clés de l'éducation dans l'Union Europeenne, 94, recién publicada en Bruselas. La media de la UE está en el 83% de demanda del inglés.El dato más paradójico, tiene, sin embargo, su escenario en la enorme distancia que hay entre que la práctica totalidad de alumnos de secundaria de los Doce estudie algún idioma y que "sólo la mitad de ellos consiga dominarla lo suficientemente como para participar en una conversación", comenta el informe europeo citado. Y añade: "Esto es inquietante, y significa que hoy un tercio de los jóvenes son incapaces de conversar en una lengua extranjera, mientras el 89% de ellos han pasado por el aprendizaje.

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Por ejemplo, hay un 35% de escolares, entre los 15 y los 24 años que no habla ningún idioma extranjero y, aun cuando el 65% estudia inglés, sólo lo habla el 41%. "El idioma exige no sólo el aprendizaje", justifica Álvaro Marchesi, secretario de Estado de Educación y Ciencia, "sino una gran práctica y un entorno de experimentación, y la mayoría de los centros no son capaces de ampliar de esta forma los conocimientos".

Buen augurio

A esto se añade que hay países, como España, en los que los hábitos sociales hacen que se doblen las películas en cine y televisión, o que exista poca diversidad de oferta literaria en idiomas extranjeros ''Pero los augurios son positivos porque el crecimiento del estudio de idiomas en las últimas décadas ha hecho que la generación anterior a la de nuestros jóvenes (entre los 15 y 14 años) se muestre hoy en pañales comparada con la de sus vástagos. La población adulta (55 años) irlandesa no tiene ni idea de español, mientras un 5% de sus hijos lo están cursando. Sólo el 3% de los padres españoles han aprendido inglés y el 6% francés, sus hijos se colocan en el 60% y el 21%, respectivamente.La situación no es la misma en todos los países en lo que respecta al número de idiomas extranjeros por alumno, la media europea cursa 1,2 lenguas, mientras que los españoles se quedan en 1, al igual que Irlanda e Italia, y por delante del Reino Unido (0,9) y Portugal (0,8). El país europeo donde más se estudian otras lenguas es Holanda, con una media de, 2,2 por estudiante. España mantiene el tipo en lo que a la primera lengua se refiere, pero cuando se trata de una segunda, eso es otro cantar, ocupa un discreto décimo lugar.

El inglés, el francés, el alemán y el español son, por este orden, los idiomas más solicitados, con una evidente trayectoria meteórica de la lengua de Shakaspeare. Si la demanda del males ronda en general el 83% (Portugal, 55%), el francés no pasa del 32%, el alemán del 16% y el español, del. 9%. Los jóvenes de secundaria españoles se permiten sin embargo una ingratitud con los franceses: sólo un 10% solicita aprender galo mientras que el 29% de nuestros vecinos se vuelca en el español, colocando así nuestra lengua en el segundo lugar de su demanda después del inglés.

En la más pura realidad, pocos estudian el danés, o el portugués, o el griego... Y la situación va marcando cada vez mayores distancias entre los idiomas más solicitados y los olvidados. No es chocante presenciar, en reuniones de la UE celebradas en Bruselas, la práctica habitual de la utilización del francés y el inglés como forma de expresión por parte de todos los participantes, a veces, incluso, sin traducción simultánea a las otras lenguas de la Comunidad. Y, en los sitemas educativos, las segundas lenguas extranjeras disfrutan de poca dedicación. En Italia e Irlanda no existe la enseñanza generalizada de una segunda lengua. España no se coloca en un pésimo lugar dentro de este capítulo, pero teniendo en cuenta que la variedad de oferta se centra casi exclusivamente entre el inglés y el francés. "Con la reforma", dice Álvaro Marchesi, "se abre la posibilidad a los profesores de griego de impartir griego moderno en los centros que quieran ofertarlo".

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