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Crítica:TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Sólo un melodrama

Una obra poco común: precisamente porque es muy naturalista en un autor de vanguardia y surrealismo como Cocteau. Quizá, el que estuviera escrita durante la ocupación alemana de París explica algo de unas claves que no llegan: y por ellas fue prohibida, más que por inmoral. Una inmoralidad sencilla, si tenemos en cuenta el teatro: el amor de hijo y madre, la amante compartida entre padre e hijo, el amor, oscuro de la tía. Muy griego antiguo, muy burgués modernista. Una familia burguesa como tantas. Es, o parece, una tragedia. A veces los escritores, sobre todo los que entran en el teatro desde otra escritura más sincera, hacen dentro su propia crítica, o dejan caer frases de guiño al público como para disculparse: "No sé si esto es un drama o un vodevil", dice un personaje hacia el final del primer acto. Se comenta luego que sin situaciones tan extrañas no habría teatro.En este drama, o tragedia, hay algo de segundo fondo, de juego. Si se lee y se pone uno su necesidad. En el teatro Alcázar, convierte en melodrama. No Amparo Rivelles está la finura, o el doble fondo. Para imitarlo a veces hay la grosería de unas canciones de fondo de Chevalier, o unas luces de espejo de camerino rodeando el escenario: parecen espantosas cuando acaba de haber una muerte punzante, o se ha llevado a la muerte, al personaje esencial, el de la madre terrible y víctima única. Supongo que el director no ha querido ir mas allá, y el reparto se ha entregado directamente al melodrama: la única que da muestras de entender un segundo fondo es, claro, Amparo Rivelles. Este director tiene sus groserías teatrales que le sirven para atraer un público al que, cuando hay que darle sutilezas, hay que abultarlas tanto que dejan de serlo. Tiene sus ideas, claro: sacar a escena la bañera a la que en el segundo acto se alude para poder ofrecer un desnudo masculino joven. (Cada vez, se fuerzan más en el teatro, y desaparecen los femeninos. Supongo que es algo justo dentro de lo "sexualmente correcto" y de la resistencia. de "la mujer", género de Pekín, contra su propio cuerpo. Hay muchos que se van buscando otros).

Los padres terribles

Obra de Jean Cocteau (1938).Traducción y adaptación: Rodolf Sirera. Intérpretes: Amparo Rivelles, Nati Mistral, Vicente Parra, Carmen Conesa, Juan. Carlos Rubio. Escenografía: Alonso Barajas. Dirección: Juan Carlos Pérez de la Fuente. Teatro Alcázar, 19 de septiembre de 1995

Por ese reparto se debería llamar Los abuelos terribles, más que los padres. Pero aceptamos la convención porque lo hacen bien. (No sé cómo se haría, en el estreno en España en 1958, teatro Español: una traducción muy elogiada de Arcadio Baquero, y la interpretación de Pepita Serrador, Josefina de la Torre, Mercedes Barranco, José Calvo, Ricardo Hurtado: pero sólo para una función de teatro de cámara. Estaría mal, porque la dirigió. Modesto Higueras). Están aquí todos bien, dentro de esta limitación de propósitos: tendrá mucho y muy distinguido público. La patología de la madre, y el dominio de la tía, los llevan bien Nati Mistral y Amparo Rivelles; Vicente Parra cumple su papel, y el chico del buen desnudo, Juan Carlos Rubio, está demasiado aniñado, pero parece culpa del autor. Carmen Conesa lleva adelante un papel desairado y difícil. Y el público aplaude a todos.

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