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Crítica:CINE: 'PUEDE SER DIVERTIDO'
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

¿Comedia feminista?

Hace unos meses, Azucena Rodríguez debutó como directora y guionista con Entre rojas, obra muy personal. Rodada con la habilidad de una profesional experta, no alcanzó el éxito de público merecido.Convencida de que la única manera de aprender a dirigir es haciendo películas, cuando todavía no ha terminado de montar la primera, acepta realizar Puede ser divertido, y empieza a rodarla inmediatamente después. Algo insólito en el mortecino panorama del cine español, pero todavía más si se repara en que pasa de un extremo al otro del espectro cinematográfico.

En unos meses rodó un proyecto meditado y muy interesante y un convencional encargo, una de tantas comedias que se ruedan en España, pero que quiere salir del anonimato con un planteamiento de ficción feminista. Con guión de la veterana Salvador Maldonado y la debutante Marga Mareo, basa su atractivo en mostrar a dos mujeres que se comportan sexualmente como dos supuestos hombres.

Puede ser divertido

Dirección: Azucena Rodríguez.Guión: Marga Marco y Salvador Maldonado, Fotografía: Javier Salmones. Música: Mendo y Fuster. España, 1995. Intérpretes: Ana Torrent, Toni Cantó, Merçe Pons, Amparo Soler Leal. Madrid: Gran Vía, Proyecciones, Renoir, Excelsior, La Vaguada, Acteón, Real Cinema, Canciller, Aluche y Velázquez.

Puede ser divertido cuenta la historia de dos amigas, separadas y con un hijo cada una, que atraídas por el mismo hombre deciden compartirlo, pero sin que él lo sepa. Planteamiento un tanto extraño para estar contado desde el punto de vista de ellas, cuando la verdadera comedia feminista sería, por ejemplo, la historia de una mujer que se acuesta al mismo tiempo con dos hombres, pero sin que ellos lo sepan.

Feminismos aparte, la película tarda en atrancar, luego tiene una demasiado repetitiva parte intermedia y un final excesivamente convencional, que no aporta nada al resto de la historia. Hábilmente rodada por Azucena Rodríguez, que consigue hacer creíble la un tanto peculiar situación, no logra superar el poco atractivo que las guionistas han sacado a la situación triangular planteada.

Asimismo también nos encontramos con los más variados desajustes en el terreno de la intepretación. Como ocurre en Entre rojas, Azucena Rodríguez logra dar una nueva, atractiva y convincente imagen de Ana Torrent, pero el resto del reparto no se encuentra a la altura de las circunstancias, con la excepción de Amparo Soler Leal, que gracias a su gran profesionalidad consigue que resulten divertidos unos rebuscados diálogos, al tiempo que crea a una muy personal madre disparatada.

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