Yugoslavia advierte a Croacia del peligro de una guerra si sus tropas atacan Eslavonia oriental
"Todo depende de Croacia. Si prosigue su agresión y amenaza de los vitales intereses de la Federación de Yugoslavia [Serbia y Montenegro], entonces Yugoslavia no tendrá otra opción que parar la agresiva política croata", aseguró ayer el ministro de Exteriores yugoslavo, Vladislav Jovanovic, a la agencia rusa Interfax. La situación en Eslavonia oriental, pese a la afirmación croata de que no prepara acciones en la zonal es, según la ONU, "extremadamente tensa".
La ONU, precisamente, estudiaba anoche la posibilidad de retirar la mayoría de los casi 11.000 soldados de infantería que tiene desplazados en Croacia, para dejar sólo observadores militares, policía civil y funcionarios políticos.La falta de libertad de movimientos en Eslavonia oriental y sus proximidades impide a la ONU una evaluación exacta. Testigos citados por The New York Times aseguran haber visto el paso de docenas de camiones militares serbios cargados con pontones que se dirigían a Croacia y Bosnia. Por si hubiera dudas de la advertencia del ministro Jovanovic, el mando serbio de Eslavonia oriental, único territorio croata que aún está en manos serbias, anunció ayer su unificación con el mando de Serbia. Su futuro está ahora unido.
Por otra parte, la pesadilla de más de 40.000 refugiados serbios (y musulmanes fieles a Abdic) atrapados en Topusko, sur de Croacia, ha terminado. Ahora empieza su otro calvario: el éxodo hacia Bosnia. La rendición del 21º Cuerpo del vencido Ejército serbio de Krajina, unos 6.000 hombres, ha permitido el acuerdo. La ONU inició después los primeros traslados. Unos 800 civiles subidos en autobuses fueron conducidos hacia Belgrado por la autopista que enlazaba la capital serbia con Zagreb.
La evacuación organizada es de Topusko hacia Glina y Petrinja, más al norte, y hacia la autopista de Belgrado, que en la antigua Yugoslavia, se llamaba de Autopista de la Unidad. Hoy resulta una ironía. Esta carretera llega a las estribaciones de Eslavonia oriental.
Otros muchos civiles no han esperado a la ayuda de la ONU y fluyen por miles desorganizadamente, subidos en carricoches, carros de tiro, autos desvencijados por carreteras hacia Bosnia, y dentro de esa república hacia Banja Luka, donde comienzan a hacinarse. El Comité Internacional de la Cruz Roja inició ayer un puente aéreo humanitario entre Zagreb y Belgrado, desde donde se trasladará en camiones la ayuda a Banja Luka para dotar a los campamentos de refugiados de infraestructura, alimentos y medicinas.
Por la mañana hubo problemas graves en Drvar, donde un grupo de refugiados, entre los que había militares, fue bombardeado por dos aviones croatas tipo Mig-21, que lanzaron cuatro bombas. No hay datos de heridos o muertos, pero a media tarde, la ONU informó de que en Drvar ondeaba ya la bandera croata. En esa misma zona, limítrofe con el este de Bihac, artilleros del V Cuerpo de la Armija bosnia atacaron varias columnas de civiles serbios.
Periodista, muerto
John Schofield, de 29 años y periodista de la British Broadcasting Corporation (BBC), murió ayer a consecuencia de un disparo en el cuello realizado por soldados croatas. Un cámara y otro periodista resultaron también heridos y un cuarto ileso. Todos ellos trabajaban para la BBC y fueron tiroteados al bajarse del coche en que viajaban para filmar una aldea en llamas.Las autoridades croatas niegan el paso a los refugiados si entre ellos se camuflan militares que rechazan entregar su armamento. "Croacia no permitirá que se lleven las arnías", advirtió el general Zvonimir Chervenko. Este problema ha sido eliminado en Topusko con la rendición del 21º Cuerpo. "Conforme al acuerdo logrado, los serbios han entregado todo su armamento [a los cascos azules]. Tenemos lanzacohetes múltiples, cohetes de largo alcance Orkan, mucha artillería y municiones", declaró el general croata Petar Stipetic. Sólo queda una bolsa de resistencia: la del 39º Cuerpo, en Zrinska Gora, con un número indeterminado de civiles.
El líder serbobosnio, Radovan Karadzic, reunido ayer con el derrocado líder serbio de Krajina Milan Martic, aseguró que juntos recuperarán el territorio perdido, para lo que cuenta con "los comandantes de su Ejército", frase que parece indicar un acercamiento a su ex comandante en jefe, Ratko MIadic, quien se niega a acatar su destitución.
Anoche, Washington indicó que tenía pruebas, que pondrá a disposición de la ONU, de las atrocidades cometidas por los soldados de Karadzic tras las caídas de los enclaves bosnios de Sbrenica y Zepa, el mes pasado. Al parecer, los satélites han captado fotos de fosas comunes. Según la Cruz Roja, hay miles de bosnios desaparecidos.
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