Leve biografía Rigoberta Menchú

La hija del puma, bello título tras el que se esconde una demasiado leve biografía de Rigoberta Menchú, se sitúa dentro de la mejor tradición del cine político, pero tiene una sucesión de inconvenientes que hace que sus buenas intenciones sólo se conviertan en irregulares resultados.En primer lugar, resulta excesiva la dicotomía de que narre la lucha del pueblo guatemalteco contra la dictadura militar a través de los ojos de una inculta mujer, pero se trata de una coproducción entre Suecia y Dinamarca, realizada por el documentalista sueco Ulf Hultberg.

Muy bien rodada, con amplitud de medios y un perfecto acabado técnico, La hija del puma hubiese sido muy diferente, sin duda mejor, de haber sido dirigida por un realizador guatemalteco. No porque en Guatemala exista una gran tradición cinematográfica, que no existe, sino porque un director guatemalteco hubiese ido más directamente a los hechos, no se hubiera perdido en aspectos exóticos.

Como consecuencia de esta lentitud narrativa, de este perderse en lo puramente ornamental y no llegar al fondo de la cuestión, la película se limita a narrar el despertar de la conciencia de Rigoberta Menchú, cómo por una sucesión de casualidades pasa de ser una campesina analfabeta, guiada por el amor que en ella despierta su hermano desaparecido, a comprender la injusticia en que vive su pueblo.

Otro problema de La hija del puma es que nada dice del resto de la vida de Menchú, como llega a ganar el Premio Nobel de la Paz en 1992. El espectador que no disponga de esta información no comprenderá la razón de ser de la película.