Un lugar de peregrinaje

Bayreuth. es, para los. wagnerianos, un lugar de peregrinaje. A Bayreuth se viene a escuchar un año y otro las mismas óperas: El anillo del Nibelungo, Parsifal... Del 25 de julio al 28 de agosto, la presente edición contempla tres ciclos completos del Anillo, seis representaciones de Tristán e Isolda, seis de Tannhäuser y cinco de Parsifal. No hay novedades escénicas, ni nuevas producciones, salvo los ajustes que éstas adquieren con el paso del tiempo. Es un año de calma, de síntesis del momento actual del Festival. La orquesta del Festival está integrada por miembros de diferentes agrupaciones alemanas como las Filarmónicas de Múnich y Berlín, la Gewandhaus - de Leipzig, la Sinfónica de la Radio de Stuttgart o la Staatskapelle de Dresde. Los músicos de fuera de Alemania se cuentan con los dedos de la mano (París, Seúl ... ). El coro es, sin embargo, más internacional . James Levine, Daniel: Barenboim, Giuseppe Sinopoli y Donald Runnicles dirigen la orquesta, mientras Norbert Balatsch se encarga de la preparación del coro.

Sigfried Jerusalem (Tristán), Waltraud ,Meier (Isolda) y Plácido Domingo (Parsifal) son algunos de los cantantes más prestigiosos de esta edición. El tenor madrileño le ha cogido el gusto a Wagner, y ya es el tercer año que acude a la. cita con el mismo papel. Las puestas en escena están firmadas por A. Kirkhner (Anillo), el dramaturgo H. Müller (Tristán) y W. Wagner. Entre el atrevimiento del Anillo, la valiente e innovadora.apuesta de Tristán o, los montajes conservadores de W. Wagner hay todo un universo desplegado dé estéticas y conceptos.

Conseguir una entrada para Bayreuth no es nada fácil. Las listas de espera pueden durar varios años. Ello explica el clima de excepcionalidad y privilegio que se respira entre los escogidos que asisten a este Festival. Es difícil, en estas circunstancias, resistirse al triunfalismo del éxito, convertido en necesidad por cuestiones de exclusividades selectivas y deslumbrantes admiraciones.