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Requiem por la chopera del Tajuña

La Agencia de Medio Ambiente expedienta a la dueña de un molino que taló árboles sin licencia

Vicente G. Olaya

La propietaria de un molino de Ambite (285 habitantes) que sacó la sierra eléctrica hace unos días para talar unos 40 chopos de la ribera del Tajuña ha de senterrado el hacha de guerra ecologista. La Agencia de Medio Ambiente (AMA), entidad encargada de dar los permisos para talar árboles, ha abierto incluso un expediente sancionador contra, la molinera. Ignacio Cláver, director de la Agencia de Medio Ambiente, recuerda que la molinera "sólo tenía permiso para cortar los árboles de su finca, no de los márgenes del Tajuña".La chopera que rodeaba al Tajufia en Ambite es ya sólo un montón de tocones y ramas sobre el río. "Ha sido un auténtico desastre. Ha arrasado con la flora. Los chopos tenían más de cuarenta años, y algunos treinta metros de altura. Exigimos la repoblación inmediata de los márgenes y la limpieza del río. Las ramas han atascado las escasas aguas del Tajuña y la zona se convertirá en breve en un foco de infección", explicaba ayer Pedro Racionero, miembro de la Plataforma del Río Tajuña, entidad formada por grupos ecologistas de varios pueblos ribereños. La plataforma ha convocado incluso. una concentración de protesta para hoy. a las doce de la mañana frente al molino.

La Confederación Hidrográfica del Tajo también ha abierto un expediente sancionador contra la propietaria del molino -cuya versión de los hechos no pudo obtener este periódico- porque los chopos cortados estaban en la "zona de servidumbre del río". En esta zona (seis metros a. cada lado del río) no se puede realizar ningún tipo de trabajos sin la autorización expresa de la Confederación Hidrográfica. La multa puede rondar las 25.000 pesetas. La Confederación reconoce que "la tala de los 40 chopos ha suscitado una cierta conmoción entre los vecinos del lugar".

Según los ecologistas, esta deforestación repercutirá gravemente en la fauna del río. "En esta parte anidan patos y garzas. Además, las colonias de sapos parteros han sido arrasadas por las máquinas que se han adentrado en el río. La corta de los árboles ha afectado negativamente a los polluelos de las aves que vivían en la chopera", comenta Santiago Muñoz, miembro de la plataforma ecologista.

Javier Martínez Corregidor, alcalde de Ambite, del PP, mostraba ayer su disgusto por la tala: "Es una pena y un tema desagradable. Ella nos pidió sólo permiso para cortar los chopos de su finca, no los de la ribera. No sé por qué los ha cortado si no tenía permiso. Quizá porque le haga falta el dinero o por soberbia. Los árboles fueron plantados en 1955".

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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