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La sequía provoca un grave desabastecimiento de aceite de oliva, cereales, uva, girasol y arroz

La larga sequía, que se prolonga ya durante las dos últimas campañas, provocará en os próximos meses un grave déficit en una serie de productos agrarios básicos tanto ara la alimentación humana como animal. El desabastecimiento afectará especialmente al conjunto de los cereales pienso, vino, azúcar, girasol, aceite de oliva y arroz, lo que obligará a realizar elevadas importaciones. Esta crítica situación provocará, sin duda, subidas de precios de venta al público, sobre todo en aceite de oliva, que puede alcanzar las 600 pesetas por litro. En producciones excedentarias en otros países, como cereales o girasol, se espera, no obstante, que esas importaciones no provoquen subidas espectaculares.

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Consecuencia de la sequía y la reducción de cosechas, el sector agrario ha dejado de ingresar respecto a una campaña normal más de 500.000 millones de pesetas, especialmente en cereales y aceite de oliva. La alegría que ha dado al último IPC la rebaja del precio de la patata -un producto que se había disparado en los meses anteriores puede verse empañada por la subida de precios en otros productos de pri mera necesidad y que, inevitablemente, también inciden en la inflación. De momento, en productos como el azúcar y el arroz hay excedentes que permiten aguantar el precio. En el aceite de oliva sí se elevará el precio aunque puede sustituirse por los aceites más baratos. La escasez de cereales puede también elevar los precios de la materia prima y a la larga, de la carne. La situación es la siguiente:

Aceite de oliva. El sector del aceite de oliva atraviesa una situación grave y a la vez compleja. En la campaña anterior, la producción fue de unas 480.000 toneladas para un consumo interior envasado de 400.000 toneladas a la que se suman unas exportaciones de más de 150.000 toneladas. Fruto de esa baja cosecha fue la subida espectacular de los precios, registrada durante todo el año y especialmente en enero y febrero. Actualmente, las previsiones sobre la cosecha en la próxima campaña apuntan inicialmente a unas 300.000 toneladas. De acuerdo con estos datos, sería previsible en los próximos meses una nueva y espectacular subida de los precios. La elevación de precios del aceite de oliva en los primeros meses de este año -los consumidores cambian a aceites más baratos- provocó un descenso grave en la demanda de alrededor del 20%, por lo que este año podrían sobrar más de 150.000 toneladas. El hecho de que haya excesiva oferta puede amortiguar la subida de los precios.

Cereales. La campaña de cereales cuya recolección se ha realizado ya prácticamente en media España, presenta un panorama catastrófico. En las provincias del centro y sur no se han producido sorpresas con rendimientos que en la mayor parte de los casos no han pasado de los 400 kilos por hectárea. La gran esperanza se centraba en el Duero, pero la sequía de las últimas semanas ha terminado por machacar también las siembras de la zona sur.

En conjunto, extraoficialmente, desde la Asociación de Comerciantes de Cereales y la Asociación Agraria Jóvenes Agricultores (Asaja), se baraja solamente una producción de 3,4 millones de toneladas de trigo y poco más de seis millones de toneladas en cebada, cifras que incluso podrían reducirse. Ello supone un déficit de cereales no inferior a los siete millones de toneladas que en parte se cubrirán con los llamados productos sustitutivos como mandioca, derivados del maíz o seja. Igualmente se esperan importaciones del resto de la UE procedente de la intervención comunitaria, como las 800.000 toneladas de cebada y centeno, adquiridas o comprometidas en Alemania y el Reino Unido.

Los ganaderos temen una subida de - precios de las materias primas. Caso de poder repercutir ese aumento, las carnes dispararían el IPC. Si no pueden por la importación de carnes baratas, sería la ruina para el sector.

Girasol. Según las previsiones actuales de la Administración y del sector agrario, este año, frente a un techo comunitario para sembrar 1.030.000 hectáreas, únicamente se han cultivado unas 800.000 hectáreas. Lo más grave es que los rendimientos esperados son catastróficos en la mitad sur con una producción que probablemente no supere las 500.000 toneladas de pipa, lo que supone el 50% de las necesidades del consumo interior. La importación es la única salida.

Arroz. La falta de agua para los regadíos ha supuesto la eliminación de superficies de cultivo en Andalucía y Extremadura. Se han producido ligeros aumentos en Valencia y en las provincias del Ebro. A pesar de todo, el balance total es inferior a las siembras normales y la oferta va a estar por debajo de la demanda.

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