Dos ecologistas burlan a la Marina francesa y alcanzan uno de los pozos para ensayos nucleares
Dos activistas de Greenpeace lograron zafarse de la vigilancia de la Marina francesa y se encadenaron ayer a una plataforma de perforación en el atolón de Mururoa (Polinesia). Los dos ecologistas permanecieron en el lugar una veintena de minutos y fueron detenidos después por una patrulla militar. Fue un acto "altamente simbólico" según un portavoz de Greenpeace-Francia, porque "demostró que ya están en marcha las perforaciones para los ensayos nucleares subterráneos, y la primera explosión puede ocurrir en muy, poco tiempo". Greenpeace anunció que mantendría su campaña contra las pruebas atómicas como "prioridad sobre cualquier otro objetivo". El Gobierno francés, por su parte, dijo que no cedería
El abordaje del buque ecologista Rainbow Warrior II por unidades militares francesas, el domingo, causó consternación en todo el mundo y recrudeció la campaña internacional contra la reanudación de las pruebas atómicas ordenada por el presidente Jacques Chirac. El abordaje se produjo exactamente diez años después de que los servicios secretos franceses hundieran el primer Rainbow Warrior y mataran a uno de sus tripulantes.El primer ministro, Alain Juppé, declaró ayer que la decisión de realizar nueve ensayos nucleares hasta mayo próximo era "como se dijo desde el principio, irrevocable", y prometió firmeza contra la campaña ecologista en Polinesia: "Francia seguirá utilizando todos los medios necesarios para hacer respetar la ley en sus aguas territoriales". El delegado gubernamental en Mururoa fue más lejos y calificó de "gamberros" e "indeseables" a los activistas de Greenpeace.
La organización ecologista celebró ayer una rueda de prensa en una barcaza amarrada en el Sena, a muy poca distancia del Ministerio de Asuntos Exteriores francés, para anunciar "nuevas operaciones que, por razones obvias, deben mantenerse en secreto". El presidente de Greenpeace-Francia, Rémy Parmentier, consiguió contactar telefónicamente a mediodía con la tripulación del Rainbow Warrior II. Fue informado de que todos estaban en libertad y se encontraban bien, y de que el buque, vigilado por una fragata y una corbeta francesas, tiene una abertura a. estribor causada por el abordaje, aunque encima de la línea de flotación. Una lancha perteneciente al velero Vega, segundo buque de Greenpeace en la zona, seguía dentro del atolón y aún no había sido localizada por los buques militares.
Los 22 militantes y simpatizantes de la nave se sentían "agotados, pero satisfechos" cuando el Rainbow Warriro II fue remolcado por un barco francés fuera del límite de las aguas territoriales francesas. De allí tenía el propósito de dirigirse a un puerto aún indeterminado en el que reparar la avería. Nadie tenía documentación: todos, incluido el contestatario obispo Gaillot, la habían quemado para identificarse colectivamente como Fernando Pereira, la víctima mortal del atentado cometido por los servicios secretos franceses hace exactamente diez años.
"La reanudación de los ensayos nucleares y el brutal abordaje del domingo son un boomerang que se volverá contra Chirac", dijo Parmentier. "Y más al saberse, en declaraciones del almirante Lanxade Defe del Estado Mayor francés], que los militares proponen seguir con pruebas adicionales, de menor potencia, una vez firmado en septiembre de 1996 el Tratado de No Proliferación Nuclear", añadió. El dirigente ecologista admitió que, hasta el momento, la población francesa apenas se había movilizado contra las explosiones atómicas, pero anunció la preparación de una gran manifestación en París, a la que ya se han adherido un centenar de organizaciones, para el último domingo de septiembre".
La oposición francesa ha hecho de los ensayos una bandera contra Chirac y Juppé. "El Gobierno de Juppé parece paralizado y desacreditado a las pocas semanas de nacer, y Chirac ha conseguido, con las pruebas nucleares, llevar a Francia a un completo aislamiento intemacional", dijo el portavoz del Partido Socialista (PS), Jean Glavany. El ex primer ministro socialista Pierre Mauroy lamentó a su vez la "peligrosa señal" que Francia daba al mundo, y el nuevo líder del PS, Lionel Jospin, dijo que se había llegado a "una lamentable situación". El consejo nacional del PS exigió el sábado a Chirac que renunciara a sus proyectos nucleares, y el propio presidente de la Conferencia Episcopal francesa, monseñor Duval, condenó los ensayos.
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