El 'aggiornamento' español
Cruz Roja Española también está adaptándose a los tiempos. Pero la crisis desatada la primavera pasada tras el cese de su presidenta Carmen Mestre le ha obligado, además, a sufrir una cierta travesía del desierto. Juan Manuel Suárez del Toro, el nuevo presidente, es de la opinión de que sólo los periodistas se acuerdan todavía de Carmen Mestre. Pero lo cierto es que su gestión llevó á la institución al desastre financiero: 15.000 millones de deuda, la mayor parte de ella contraída con la Seguridad Social. Un año después, tanto Hacienda como la Seguridad Social han firmado sendos convenios para aplazar el pago de dichas deudas a trece años. "Hemos hecho un presupuesto muy austero", dice el secretario general Leopoldo Pérez. "Creemos que en tres o cuatro años habremos acabado con la deuda".
Suárez del Toro cree que el prestigio de la institución está ya casi intacto. "La prensa tiene una imagen algo deformada", explica. "La gente, pasados los momentos de crisis, no reconoce a la institución por estas cosas. Para ellos, la Cruz Roja es el voluntario que está en el puesto de socorro de Albacete".
Los datos de Pérez corroboran esta sensación. En estos momentos se mantienen casi en los mismos términos el número de socios y de voluntarios -611.303 y 168.693 respectivamente-. Su hegemonía en el campo humanitario es a nivel nacional equiparable, sino mayor, al de la organización internacional en el mundo, y el nuevo equipo continúa la tarea de cerrar sus hospitales, o reconverlos, y dedicarse a los más necesitados con programas para inmigrantes, enfermos de sida, ancianos, toxicómanos o reclusos.
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